Desde hace tres días, un grupo de madres buscadoras se dieron cita frente al edificio de Gobierno de Tuxtla, Gutiérrez, manifestándose para exigir la aparición con vida de personas desaparecidas, entre las que se encuentra Cassandra Isabel Arias Torres.
Cassandra desapareció desde el mes de diciembre del año pasado, mientras se encontraba en una fiesta. Un comando armado vestido como agentes de la fiscalía, ingresó al inmueble y se llevó a cuatro personas, entre las que figuraba la joven.
En la manifestación, la madre de Cassandra leyó el comunicado con el que espera que las autoridades, quienes no la han ayudado a buscar a su hija, la apoyen en la búsqueda de justicia, y pueda ver nuevamente a su hija.
“Hoy, en el tercer día de acciones demandando la localización con vida de mi hija Cassandra Isabel Arias Torres, como la virilización de la crisis de desapariciones que vivimos en Chiapas, como parte de la campaña permanente de búsqueda, denunciamos la agresión que el día de ayer se realizó en contra de quienes ejercemos el derecho humano a la protesta y libre manifestación”, dijo.
Asimismo, explicó qué ocurrió con la agresión en contra de los manifestantes: “Ocupamos la vía publica ya que en presencia de policías estatales un sujeto a bordo de su vehículo rompió el lazo que colocamos y se llevó dos lonas que contienen la ficha de búsqueda de Cassandra, además de insultar a quienes nos concentrábamos sin que la autoridad hiciera algo para evitarlo o sancionarlo”.
“Nosotras no pararemos de realizar acciones de protestas como las que son parte de esta campaña hasta que mi hija Cassandra y de más personas desaparecidas sean localizadas y responsabilizamos a las autoridades en caso de que se susciten mas agresiones como la del día de ayer 7 de julio”.
Así ocurrió la desaparición de Cassandra
Era la noche del 17 de diciembre del 2022. Cassandra se encontraba en la boda de su madre, fiesta que se celebró en el municipio de Barriozábal, a 10 kilómetros de la capital de Chiapas, en un salón de fiestas llamado Tierra Bonita.
El hermano de la joven desaparecida tuvo un mal presentimiento. Cassandra le dijo que no se preocupara, que disfrutaran la fiesta de un evento tan importante como la boda de su madre.
En algún momento de la noche, un grupo de seis o siete hombres con el rostro tapado y portando armas largas entraron al salón de fiesta para llevarse a cuatro de las personas que estaban ahí: Cassandra, su novio, el tío de ella y uno de los tecladistas encargados de la música de la fiesta.
En un principio, los “agentes” dijeron que se trataba de un cateo; sin embargo, después comenzaron las amenazas y obligaron a los invitados a tirarse al suelo y dejar sus objetos de valor sobre las mesas. Hubo golpes por parte del grupo armado a las personas que se encontraban en el lugar.
Tras el altercado, y de que los hombres se llevaran a Cassandra y los demás, llegó la Guardia Nacional, así como policías estatales y municipales. En algún momento, se escucharon disparos, pero las autoridades no actuaron de inmediato.
Dos días después de la desaparición forzada, el tecladista y el tío de la joven desaparecida fueron liberados. Según sus testimonios, escucharon que era el novio de Cassandra a quienes querían “levantar” en primer lugar, y escucharon también, que la joven sería liberada muy pronto; sin embargo, esto no sucedió.
Desde entonces, la madre de Cassandra, ha vivido un calvario, pues recibe llamadas telefónicas con amenazas y algunas que le prometen que su hija volverá con ella siempre y cuando abandone su denuncia.