Fernando Martínez Suárez, exsacerdote de los Legionarios de Cristo, murió en un centro para adultos mayores al sur de Italia a los 84 años de edad, debido a una enfermedad pulmonar.
En mayo de 2019 se hicieron públicas las denuncias en contra de Martínez Suárez, aprendiz de Marcial Maciel, por actos de abuso sexual. La primera fue difundida en redes sociales por la cantante Ana Lucía Salazar, quien expuso haber sido víctima del clérigo entre 1991 y 1992 en el Instituto Cumbres de Cancún, cuando ella tenía ocho años.
A esta revelación se sumaron otras denuncias que derivaron en una investigación por parte de la congregación. En noviembre del mismo año, Fernando Martínez fue hallado culpable de haber abusado de por lo menos ocho menores de edad entre 1990 y 1993.
Tras esta dictaminación, el sacerdote sólo perdió su estado clerical, pues esa es la máxima pena posible en un juicio eclesial.
Cabe señalar que la cifra de víctimas corresponde sólo a la que las autoridades religiosas pudieron constatar, pero se presume que podría ser mayor, ya que en la denuncia de Salazar se mencionó que el exsacerdote había cometido más abusos en la década de 1980 en el Instituto Cumbres de Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México. Aparentemente dichos actos habrían sido el motivo de su traslado a Cancún.
Aunque en el comunicado oficial los Legionarios de Cristo dijeron repudiar el abuso sexual y externaron sus disculpas “a las víctimas que han sufrido esta atrocidad”, para ellas el daño y la deuda histórica de la Iglesia es irreparable.
Mediante su cuenta oficial de Twitter, Ana Lucía Salazar compartió un comunicado tras enterarse del fallecimiento de su abusador y lamentó que haya muerto impune, “encubierto hasta el último día de su vida” por su congregación y por la Iglesia Mexicana.
Según los testimonios, Martínez Suárez aprovechó su posición dentro de múltiples instituciones para acercarse a menores de edad y cometer abusos durante aproximadamente cinco décadas.
“Durante 50 años de su vida Fernando Martínez abusó sexualmente de niñas, niños y adolescentes, los Legionarios de Cristo lo encubrieron y reubicaron una y otra vez, colegio tras colegio, seminario tras seminario”, escribió Salazar en su posicionamiento.
“La misma Iglesia que habla de justicia, amor y verdad es la misma que encubre y empodera a estos criminales y que utiliza todo su poder para acallar y romper en pedazos la vida de sus víctimas infantiles”, acusó Salazar.
“Al morirse ganó la batalla contra todo lo que es bueno y justo, al morirse nos deja en claro que es mentira todo aquello de la justicia divina”, lamentó la también conductora de radio y televisión.
En este mismo sentido, aseguró que Fernando Martínez murió, “pero sus crímenes siguen girando en la tierra, frente a la indolencia de la sociedad, el triunfo de los Legionarios de Cristo” y la inoperancia del Estado Mexicano.
Al final de su mensaje, con el que aseguró que no dejará de exigir justicia por las víctimas de los crímenes encubiertos por autoridades religiosas, sentenció: “Ahora, a tu muerte, soy yo TU VÍCTIMA la que tiene que escuchar que ‘por fin se hizo justicia’ como si la muerte fuera un castigo y no un descanso a tus 80 y tantos años y que ‘seguro está ya quemándose en el infierno’ cuando el infierno lo dejaste aquí en la tierra”.
Martínez Suárez nunca fue vinculado a proceso penal debido a que, al momento en que fue denunciado ante la Fiscalía del Estado de Quintana Roo, los delitos ya habían prescrito. De tal manera, las autoridades civiles no pudieron actuar y la única consecuencia en su contra fue la remoción de su estado clerical.