“La Sirena” y “El Gordo”, los líderes de Los Viagras que estarían tras el asesinato de Hipólito Mora

El exlíder de las autodefensas michoacanas fue brutalmente atacado mientras se dirigía a su casa en la comunidad de La Ruana

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Dos de las figuras de
Dos de las figuras de máxima autoridad de Los Viagras podrían estar detrás de la masacre en la que fue asesinado Hipólito Mora. (Twitter/@UnidaddeInteli5|Especial)

Alrededor del mediodía del 29 de junio, en redes sociales comenzaron a difundirse videos de un ataque armado en la localidad de La Ruana (llamada oficialmente Felipe Carrillo Puerto) en Michoacán. A plena luz del día, un comando de al menos 15 sicarios bloqueó el paso del vehículo en el que viajaba Hipólito Mora Chávez, fundador del movimiento de autodefensas que le plantó cara al cártel de Los Caballeros Templarios, y descargó alrededor de 20 rifles Barret en su contra.

Junto a Mora Chávez viajaban Saulo Gamaliel Alcantar (oficial de la Guardia Civil), Roberto Naranjo Andrade (policía municipal) y otro agente policiaco aún sin identificar. Todos fueron masacrados y, posteriormente, su camioneta fue incendiada.

A pesar de que no hubo detenciones inmediatas tras la agresión, rápidamente surgieron versiones respecto a quiénes podrían ser los responsables, pues el propio Hipólito Mora lo había anticipado.

En una conversación con el periodista Óscar Balderas, el exlíder de autodefensas dijo que el grupo de Los Viagras, brazo armado de Cárteles Unidos, le había declarado la guerra después de que él le revelara a la Secretaría de Gobernación (Segob) la ubicación de varios narcolaboratorios en el estado. Desde aquel entonces, un sujeto apodado “La Sirena”, de nombre Heladio Cisneros Meneras, comenzó su persecución.

El vehículo de Mora Chávez
El vehículo de Mora Chávez fue interceptado, rafagueado y calcinado. (JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN/CUARTOSCURO)

“La Sirena” es señalado como el jefe de plaza de Los Viagras en La Ruana al menos desde 2018, aunque sus actividades criminales pueden rastrearse hasta 2014, cuando fue detenido por primera vez acusado de haber participado en múltiples asesinatos en el municipio de Buenavista.

Medios locales y reportes extraoficiales señalan a “La Sirena” como jefe de los narcolaboratorios de Cárteles Unidos, además de ser el presunto responsable de coordinar extorsiones contra productores agrícolas, secuestros, robos y ejecuciones.

Adicionalmente, “La Sirena” fue acusado directamente por Guadalupe Mora, hermano de Hipólito, de ser el autor de su asesinato en coordinación con otro sujeto: Nicolás Sierra Santana, alias “El Gordo” o “El Coruco”.

Presumiblemente, Nicolás Sierra Santana es el mayor líder de Los Viagras, organización criminal en la que han estado involucrados también sus hermanos Rodolfo, alias “La Teresa”; Jorge Carlos, alias “La Sopa”; y Gabino, alias “El Greñas” o “El Tronado”, entre otros.

Hipólito Mora se hizo conocido
Hipólito Mora se hizo conocido a nivel nacional el 24 febrero 2013, cuando anunció el levantamiento en armas de habitantes de La Ruana contra Los Caballeros Templarios. (CUARTOSCURO)
En 2014, Los Viagras se sumaron a un grupo de élite de la Fuerza Rural creado por Alfredo Castillo Cervantes, comisionado de seguridad en Michoacán, para capturar a los jefes de Los Caballeros Templarios. Desde aquel entonces, “El Gordo” ya era el comandante de la organización armada.

Además de encabezar la estructura criminal, los informes disponibles apuntan a que, a lo largo de los años, “El Gordo” ha ordenado bloqueos en carreteras para obligar a las autoridades a liberar a sus subordinados cuando son capturados. Un ejemplo de ello ocurrió en abril de 2020, cuando la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) arrestó a “La Sirena” tras un enfrentamiento en Buenavista. Sin embargo, lo dejaron ir al encontrarse con un convoy de sicarios de Nicolás Sierra Santana en la carretera de Apatzingán - Aguililla.

Según las declaraciones de Guadalupe Mora compartidas por Quadratin, la Guardia Nacional, la Guardia Civil y el Ejército tendrían un grado de complicidad en el asesinato de su hermano, pues al momento del ataque “los dejaron solos, no había ni un militar, ni una patrulla”. Aparentemente, poco antes de la masacre, los uniformados se encuartelaron y tardaron más de media hora en llegar luego de los llamados de auxilio.

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