¿No se llamaba Talina Fernández? Éste era el verdadero nombre de ‘La dama del buen decir’

Talina Fernández sin duda era una de las periodistas más queridas y longevas de México. Para muestra las varias condolencias que muchas personalidades del espectáculo han publicado de su muerte y los varios lamentos que varias personas del medio han expresado de una u otra forma. Su partida sin duda sacude a la sociedad mexicana y también nos recuerda muchas cuestiones sobre su vida. Algunas de ellas que quedaron en el olvido, como lo fuera su verdadero nombre.

Y es que Talina Fernández no fue más que un seudónimo que la conductora adoptó para no tener que usar su nombre completo y agobiar a todo el mundo con tener que recordarlo o pronunciarlo completo. Su verdadero nombre está formado por varios compuestos que al final dan como resultado uno que es bastante largo.

El nombre real y completo de Talina Fernández era Catalina María del Sagrado Corazón Fernández-Vero Vela. Desde luego “Talina” provenía de un acortado de “Catalina”, mientras que el resto fue omitido para hacerlo más corto y conservando solamente el apellido “Fernández”. De esta manera su nombre quedó para la posteridad como Talina Fernández.

A pesar de aquello durante sus inicios en Televisa su gafete de la empresa no mostraba exactamente el nombre con el que la conocemos ahora. Catalina Fernandez Vela, era lo que se podía leer en su identificación de la empresa televisora.

Aunque más tarde también acuñó otro seudónimo con el que se le reconoció por todo el medio del espectáculo. La dama del buen decir, fue como se le comenzó a decir por los pasillo de la televisora, después de que todo el mundo estuviera de acuerdo en que su voz era por demás elegante y su forma de explicar las cosas, bastante diplomática y precavida.

La historia detrás del mencionado apodo tiene un antecedente de poco más de cuarenta años, como ella misma lo ha relatado en varias ocasiones. Cuando formaba parte del programa Noche a Noche, el productor del mismo Luis de Llano Palmer, comentó que era la única de todos los conductores que no contaba con un apodo o seudónimo.

Por entonces ella tenía 36 años de edad, por lo que cualquier apodo juvenil, o incluso la palabra “señorita”, no parecía adecuado. Debido a su facilidad de palabra y a su manera tan adecuada y propia de decir las cosas fue que al productor se le ocurrió bautizarla como “La dama del buen decir”.

Ella relató que su forma de hablar de forma tan propia y correcta devino de la experiencia que tuvo en la conducción de otro programa en donde compartió espacio con dos españoles que no le permitían decir “ok”, bajo pretexto de cuidar al máximo el lenguaje castellano.

A decir verdad, para Talina fue toda una sorpresa que le dijera “La dama del buen decir”, ya que ella misma aceptó en varias ocasiones que se consideraba una persona “mal hablada” a la que le gusta hablar con groserías.

La presentadora pasó su última semana de vida en un hospital ubicado en la colonia Polanco de la Ciudad de México. Padecía leucemia, que no es otra cosa que un tipo de cáncer que se origina en la médula ósea, donde se forman las células de la sangre.

La dama del buen decir murió a los 78 años de edad acompañada de su familia. Su hijo Coco Levy informó la noticia primero a las afueras del hospital:

“Hace 15 minutos acaba de continuar mi mami su viaje, saben que tuvo un viaje de amor, era amor y nada más pensaba en lo bueno de la gente. Así se fue, rodeada de la gente que la aman, finalmente no tiene dolor, se fue con una sonrisa y espero que así la recuerden, porque ella era cosas buenas”.