Julio César Chávez es reconocido como uno de los mejores deportistas que ha tenido México en su historia. Desde su época como atleta profesional destacó por su avasallador desempeño, aunque después de algunos años vivió tiempos complicados debido a su adicción a sustancias ilegales. Años después reconoció el motivo que lo llevó a tomar la decisión de consumirlas.
Durante una entrevista con la periodista Adela Micha en el programa de YouTube La Saga, el Gran Campeón Mexicano recordó cuando probó por primera ocasión las drogas. Aunque en principio se mostró renuente a probar las sustancias, después de haber peleado contra Héctor Macho Camacho accedió y se convirtió en un problema de mayor tamaño.
Según sus declaraciones, a pesar de encontrarse encumbrado en la fama y el éxito deportivo que había cosechado hasta ese momento de su carrera, sentía que su entorno más cerca era vacío, situación que lo hacía sentir solitario. Por ello, continuó consumiendo la sustancia de manera constante en etapas posteriores.
“Ya tenía mis millones en el banco, tenía mi avión privado, tenía mis yates, mi casa en el mar, en Acapulco, en Puerto Vallarta, agarraba mi avión y me iba para donde me llevara mi ching*da gana. En las Vegas dije ‘no quiero esa madre’. Llegué a Culiacán, no me dejaban dormir y dije ‘presta’. Me cayó bien. Me sentí tan solo y tan vacío que agarré la cosa más pend*ja y estúpida. Me refugié en eso”, reconoció ante la periodista.
En apariencia, el Señor Nocaut encontró un refugio dentro de las adicciones, pero con el paso del tiempo comenzó a notar las dificultades de sus efectos secundarios. Las ocho peleas posteriores a la primera vez que consumió dichas sustancias logró mantener su récord invicto y únicamente concedió un empate ante Pernell Whitaker.
No obstante, el 29 de enero de 1994 quedó grabado para siempre en su estadística profesional pues fue derrotado por primera ocasión a manos de Frankie Randall. Desde entonces, la consistencia de Chávez comenzó a ser cuestionada y concedió algunas derrotas ante personajes como Óscar de la Hoya, quien lo superó por la vía del nocaut.
El ámbito deportivo no fue el único afectado en la vida de Chávez a causa de las adicciones que padeció. Al tiempo tuvo que enfrentar problemas de violencia al ser señalado como agresor de su primera esposa, aunque también encaró demandas millonarias que trascendieron más allá de su actividad al interior del cuadrilátero.
“Es un proceso que va en aumento y ya no pude parar. Me atrapó y después se convirtió en un infierno. Perdí mi primera pelea, mi señora me demandó porque la golpeaba y era drogadicto. Me demandó Hacienda por 100 mil dólares que nunca recibí, me demandó Don King. Se me vino el mundo encima”, reconoció en el espacio.
El problema de salud aquejó al Gran Campeón Mexicano, incluso, después de haberse retirado del boxeo profesional. Su última pelea la encaminó en contra de Grover Wiley, aunque fue superado por nocaut técnico en el cuarto de diez rounds pactados el 17 de septiembre de 2005.
Después de ello, Chávez fue internado por su familia en un anexo para encaminar su proceso de rehabilitación. Al interior de la misma instalación que su hijo ocupó años después, según ha llegado a reconocer, vivió una de las experiencias más determinantes en su vida. No obstante, gracias a ello pudo alejarse definitivamente del consumo de sustancias ilícitas desde el año 2011.
Con la finalidad de apoyar a quienes padecieron lo mismo que él, Chávez decidió implementar la instalación de dos clínicas de rehabilitación contra las adicciones en las ciudades de Culiacán, Sinaloa y Tijuana, Baja California.