Hipólito Mora se levantó en armas el 24 de febrero del 2013 contra el cártel de “Los Caballeros Templarios”, fundado por los narcotraficantes Nazario Moreno “El Chayo”, Jesús Méndez “El Chango Méndez”, Servando Gómez “La Tuta”, Enrique Plancarte “El Kike” y Dionisio Loya “El Tío”.
Los Templarios habían extendido su dominio en Michoacán, incluyendo la denominada Tierra Caliente, una región con enorme potencial económico debido a la producción de aguacate y limón.
“Los Caballeros Templarios” fueron una escisión del cártel de “La Familia Michoacana” en marzo de 2011. Desde sus inicios trataron de formar un perfil ideológico entre sus integrantes, a quienes les hacían creer que eran parte de una cruzada para liberar a Michocán de otros grupos del crimen organizado.
Por esa razón, copiaron el nombre de la famosa orden religiosa-militar que durante la era Medieval se encargó de defender a los peregrinos en Tierra Santa, y cuyos miembros se distinguieron por su piedad y su osadía en el campo de batalla.
Por ello, la Tuta llegó a describir a este grupo criminal como “una hermandad fundada por un conjunto de leyes y códigos”, y con la justificación de proteger a la gente de Michoacán, llevaban a cabo actividades delictivas como el secuestro, extorsión y tráfico de drogas.
Se sabe que Nazario Moreno “El Chayo” era el líder ideológico de este grupo criminal elaboró el Código de los Caballeros Templarios de Michoacán, donde se establecía, con un estilo religioso, la conducta que debía seguir cada miembro de este cártel.
“Esta lucha es por tu gente, por mi gente, por nosotros mismos y por nuestras futuras generaciones”, era la leyenda inscrita en la portada del manual.
El juramento que los sicarios del cártel debían realizar
El código que los líderes de los Caballeros Templarios imponían a sus sicarios contenía un juramento para garantizar la lealtad a ese grupo delictivo y acabar con sus enemigos, aunque eso significara morir durante los enfrentamientos armados.
“Juro delante de todos, vivir y morir con honor. Juro combatir la injusticia y socorrer a mi prójimo. Juro, igual en el combate como en la paz, que ningún caballero será considerado por mi como enemigo. Juro fidelidad al temple y esforzarme por perpetuarlo. Juro respeto a las damas, veneración a las madres, protección a los niños y a los ancianos, asistencia a los enfermos y a los necesitados. Juro respetar la fe de otros y buscar más la verdad que la gloria, el honor que los honores”, rezaba el juramento que supuestamente debían seguir los integrantes de este cártel.
Los Templarios además tenían estipuladas fuertes sanciones a todos aquellos que no siguieran al pie de la letra los lineamientos de la organización o si intentaban pasar a otro cártel.
“Si, por desgracia yo traicionara a mi juramento, ruego ser ejecutado por la orden como un traidor.”
Aunque la mayor parte de sus líderes fueron capturados o abatidos, como Nazario Moreno, en la actualidad se considera que los remanentes de este cártel se mantienen activos en Michoacán, a la par de otras organizaciones como Cárteles Unidos (Los Viagra), Familia Michoacana, y el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La muerte de Hipólito Mora en Tierra Caliente
Este 29 de junio fue asesinado Hipólito Mora, ex líder de las autodefensas, en el municipio de Buenavista Tomatlán.
Hipólito había sobrevivido a 2 atentados anteriores, el primero ocurrió el 26 de noviembre del 2022, y otro más el 4 de marzo del presente año, ambos en la zona de la Tierra Caliente.
Las autodefensas fundadas por Mora Chávez y José Manuel Mireles causaron polémica durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto debido a que operaban de manera paralela a las instituciones del Estado mexicano, hasta que en 2016 fueron obligadas a disolverse.
Bajo el liderazgo de Hipólito Mora, los pobladores de Michoacán, uno de los estados con mayor presencia del narcotráfico, tomaron las armas para defender sus pueblos y cultivos.