Hernán Cortés fue uno de los personajes más importantes en la historia de México. Y es que tras su llegada al territorio que ahora se conoce como México, hubo un antes y un después. Él fue quien estuvo al frente de la Conquista de México, por parte de los españoles, quienes estarían apoderados del país por 300 años.
Cortés llegó a México en 1519, sin embargo, antes de él, ya había españoles en México. Se trata de Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, dos españoles que naufragaron en el caribe y fueron tomados prisioneros por los mayas.
Gonzalo Guerrero era originario del poblado de Niebla, cerca del Puerto de Palos, en España. Era marinero y arcabucero del rey Carlos V. Había participado en la conquista de Granada y, dentro del nuevo continente, en la de Darién, en donde fue compañero de Jerónimo de Aguilar y Juan de Valdivia, cuya misión, en 1511, consistió en viajar a la Isla La Española, hoy República Dominicana y Haití, a rendir informes. Ahí comenzaría una aventura que cambiaría de manera drástica su vida.
Diego de Landa, en la Relación de las Cosas de Yucatán, escribió que las corrientes marinas desviaron la carabela en la que viajaban los españoles cerca de la isla de Jamaica, donde, tras la pérdida de la embarcación, durante una tormenta, solamente unos 20 marinos lograron salvarse a bordo de un batel (lancha de remos). Casi la mitad moriría de hambre y sed en el camino, mientras que el resto lograría alcanzar la costa de la Península de Yucatán. Ahí, débiles y hambrientos, no pusieron resistencia cuando los nativos los tomaron presos.
Una vez capturados, fueron bien alimentados, pero al poco tiempo, al darse cuenta que algunos compañeros, entre ellos Valdivia, habían sido sacrificados, los restantes rompieron sus jaulas de madera y escaparon. Los prófugos llegaron a un lugar llamado Xamacona, donde el cacique Aquincuz los tomó a su servicio. López de Gómora, en su obra Historia de la conquista de México, así como Cervantes de Salazar en su Crónica de la Nueva España, cuentan que Aguilar y Guerrero se distinguieron tanto por su participación en las guerras con los pueblos cercanos, como por sus servicios, mientras que sus demás compañeros murieron, ya fuera por enfermedad, tareas pesadas, o en combate. Aquincuz murió al poco tiempo, y subió al poder su hijo Taxmar, a cuyo cargo quedaron Jerónimo y Gonzalo.
Tiempo despues, para hacer alianza con Chactemal (hoy Chetumal), Taxmar decidió “ceder” a Guerrero al cacique Nachan can. Con él, Gonzalo siguió acumulando victorias bélicas, hasta que fue nombrado “nacom” (capitán), además de casarse con una de las mujeres más importantes de la región: Za´asil-Há, también conocida como Ix Chel Can. Ella era hija de Nachan Can.
En 1518, Juan de Grijalva tuvo noticias de Jerónimo y Gonzalo al capturar a unos nativos de la zona. Un año antes, Hernández de Córdoba había sido derrotado en Champotón, en el actual estado de Campeche, por indígenas que se turnaban para flechar y no tenían miedo ni a los caballos ni a los arcabuces, armas antecesoras de las pistolas. Según Bernal Díaz del Castillo, habían sido asesorados por Guerrero.
Para 1519, con la llegada de Hernán Cortés a Cozumel, primer lugar que piso el conquistador español en territorio mexicano, se propone rescatar a los náufragos, enviando para ellos cartas y regalos con mensajeros nativos. Estos llegan hasta manos de Jerónimo, a quien Taxmar otorga la libertad. Aguilar lleva esperanzado la noticia a Guerrero, pero él, de acuerdo con Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la conquista de la Nueva España, le respondió lo siguiente:
“Yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras: idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos mis hijitos cuan bonicos son...”
De esta manera, el destino de Aguilar y Guerrero se separaron y mientras el primero ayudó en la Conquista de México, el segundo luchó contra ella.
En 1536, aunque la península de Yucatán estaba casi libre de conquistadores, Guerrero y sus aliados acudieron al llamado de auxilio de los mayas de la región de Honduras, haciendo que Andrés Careceda, un español que tenía el proyecto de seguir colonizando las Hibueras, se replegara. Éste, por su parte, es apoyado por Pedro de Alvarado, quien regresa a Guatemala.
En las inmediaciones del río Ulúa, se produce una cruenta batalla y, finalmente, un tiro de arcabuz en el pecho hiere de muerte a Gonzalo Guerrero, quien cae cerca de unas albarradas. El hecho es consignado por Cereceda, quien lo reconoce como Gonzalo Azora, ya que el apellido de Gonzalo Guerrero había sido cambiado por los mayas a Aroca, que fue traducido al español como Azora, “el que andaba entre los indios en la provincia de Yucatán veinte años ha y más”, describiendo su figura como “labrada del cuerpo” y “en hábito de indio”.
Ese fue el final de la historia de Guerrero, el español que junto a una princesa maya, procrearon a sus tres hijos, quienes se cree, fueron los primeros mestizos en México y América Latina.