Cuál fue el presidente que pidió dinero prestado para asumir el cargo

Muchos mitos rodean la historia de México, tanto así que las personas que han gobernado el país no son ajenas a las leyendas o a los rumores que han perdido o tomado —de acuerdo a la situación— relevancia con el pasar de los años, pues se han colocado como puntos relevantes de la formación de la nación.

Uno de los mayores mitos que tiene la Presidencia de la República en la época moderna es que quien asume la titularidad del cargo es una persona con privilegios, principalmente económicos, idea que ha persistido, pese a que uno de los discursos favoritos de los políticos mexicanos es el “venir de abajo”, conocer la carencia o la pobreza, con el fin de empatizar.

Sin embargo, existieron mandatarios que sí vivieron la pobreza en su entorno primario, tanto así que llegar el ejecutivo o a los puestos de toma de decisiones les significó el cambiar el rumbo de su historia personal, dejando atrás esos episodios, tal como pasó con el expresidente Ignacio Comonfort.

La inestabilidad política fue una constante en el México del siglo XIX, especialmente tras la consolidación de la independencia de la nación, por lo que fue un periodo en donde pasaron muchos hombres por la Silla Presidencial, con el fin de establecer un sistema político que pudiera dar paz y sentara las bases de instituciones sólidas.

En uno de estos periodos en donde apareció el nombre del general Ignacio Comonfort, pues junto a Juan Álvarez comenzó una guerra contra el entonces mandatario Antonio López de Santa Anna, la cual triunfó y colocó a su compañero asumiera la titularidad del Ejecutivo Federal.

Su presidencia fue una de las más cortas en la historia del país, debido a que sólo duró de dos meses, por lo que Comonfort quedó al frente del gobierno, dando desde su primer día uno de los mitos poco conocidos de la historia del país.

Aunque no existen datos que den por veracidad al suceso, sí fue un mito que pasó de generación en generación, pues se dice que la situación económica del general no era tan próspera, pese a que era funcionario de la administración federal, por lo que tuvo que pedir prestado dinero para asistir a la ceremonia en donde se le designó como el Presidente de la República.

De acuerdo a lo poco que se conoce, cuando el político llegó al poder en 1855 pidió prestados 100 pesos de la época con el fin de comprar una levita —una prenda de vestir, usada principalmente en el ambiente militar, que cubre el cuerpo hasta la rodilla—, así como un pantalón de vestir con el fin de lucir ad hoc a la ceremonia a la que asistió.

Algunos historiadores consideran que el mito podría ser real, debido a que Ignacio Comonfort tuvo problemas económicos desde sus años veinte, pese a formar parte de una buena familia en Puebla, conflictos que se perpetraron luego de que su padre falleció y los negocios de la familia pasaron a su poder.

“Al parecer, las finanzas de la familia Comonfort comenzaron a decaer en 1828, cuando murió el señor Mariano (su padre) (...) a partir de 1828, Ignacio Comonfort se involucró directamente en los asuntos que manejaba su padre y se ocupó en actividades comerciales”, explicó la Secretaría de Cultura.

Al gobierno del general le tocó enfrentar una de las tantas épocas de inestabilidad política, tanto así que tuvo que combatir y erradicar levantamientos armados en Zacapoaxtla, Zacatecas, Jalisco, San Luis Potosí, así como en otros lugares.

En 1857 se adhirió al Plan de Tacubaya, proclamado por el general Félix María Zuloaga, quien terminó por desconocerlo como presidente, lo que lo obligó a exiliarse a los Estados Unidos.