A finales del pasado mes de mayo, el ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón, quien ahora busca ser el candidato a la presidencia de México en 2024 por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), presentó ante productores audiovisuales el Manual de Buenas Prácticas para la Atracción del Nearshoring, una guía elaborada por la dependencia de la que estaba al frente, y dirigida a autoridades de los tres niveles de gobierno para facilitar la atracción de atracción para la industria mexicana.
En conferencia de prensa, señaló que “nos puede servir muchísimo (...) para facilitar el trabajo.
El pasado mes de abril, la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, quien también renunció a su cargo para buscar la candidatura a la presidencia de México por Morena, señaló que el nearshoring es la oportunidad para que la inversión genere bienestar y se aproveche la vecindad de México con Estados Unidos, a fin de evitar la reproducción del sistema de maquilas en ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez, que generó problemas.
Fue al encabezar el foro nearshoring, como parte del sexto conversatorio La Ciudad y la Transformación, en el Faro Cosmos, que la exmandataria capitalina manifestó que es el momento de que México aproveche “la oportunidad que se está generando por la geopolítica mundial”, luego de la pandemia por Covid-19. “Es un gran reto y el país debe aprovechar el impulso para incrementar el mercado regional, garantizando el crecimiento y bienestar, en términos de inversión, con empleos y salarios dignos”, dijo Sheinbaum.
Aunque las corcholatas presidenciales y en otros sectores, como la economía, se hable mucho sobre el término del nearshoring, la realidad es que no todos saben lo que significa o de qué se trata, y los beneficios que podría traer a México por encontrarse, geográficamente, en un punto estratégico.
El nearshoring consiste en mudar las fábricas del país de origen a uno cercano en el que todo sea más barato: desde el salario de los trabajadores, las electricidad y los combustibles, los insumos, e incluso, los impuestos del gobierno.
Esto hace pensar que México podría ser el destino ideal para practicar el nearshoring, un modelo industrial que promete cambiar el rumbo de la economía, pues genera empleos, inversión extranjera, infraestructura y desarrollo.
Sin embargo, no es tan simple como se escucha, pues las empresas lo que buscan son mayores ganancias y no es el altruismo lo que las motiva a mudarse a un país en vías de desarrollo. El nearshoring es un modelo industrial que se beneficia de múltiples factores.
Lo más atractivo de México es Estados Unidos. Y es que nuestro país comparte 3 mil 152 kilómetros de frontera terrestre con Estados Unidos. Una vecindad que vuelve a México un candidato ideal para el nearshoring.
América del Norte es uno de los principales destinos del nearshoring. Los tratados de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, pueden aligerar los aranceles. Alrededor de 80% de la producción industrial de México tiene como destino Estados Unidos.
Otra de las características para el nearshoring en México, es que al compartir zonas horarias, las compañías estadounidenses pueden coordinar sus operaciones en los dos territorios.
El nearshoring puede aumentar las exportaciones globales de América Latina y el Caribe en USD 78 mil millones cada año, según proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De esa cantidad, USD 35 mil 300 millones, o sea, el 45%, corresponden a México.
El banco global Barclays calcula que el nearshoring ya se siente en México, con una llegada récord de inversión extranjera directa. Este fenómeno permitirá que la economía del país resista las eventualidades de la economía de Estados Unidos y los efectos de la pandemia.