Durante las primeras horas de este sábado 24 de junio, los cuerpos desmembrados y decapitados de siete personas fueron abandonados frente a la Plaza de San Mateo, a escasos metros del centro de Chilpancingo en el estado de Guerrero.
La tétrica escena fue descubierta por elementos de la Policía Estatal, quienes tras recibir un reporte acudieron al sitio del hallazgo y encontraron una camioneta de lujo modelo Acura que se encontraba estacionada sobre la calle 16 de septiembre -justo frente a la iglesia de San Mateo- con las luces prendidas y la cajuela abierta.
No obstante, el terror y la consternación se terminarían de hacer presentes cuando los uniformados se percataron de que en el cofre del vehículo fueron colocadas cinco cabezas humanas junto a dos cartulinas de colores fosforescentes que contenían mensajes intimidatorios dirigidos a la Presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, como al síndico Andrei Marmolejo Valle.
“Saludos Presidenta: Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de que viniste a buscarme. Con cariño, tu amigo” y “Síndico Andrey Marmolejo sigue amenazando a la gente con las licencias comerciales hijo de tu put* madre para llevarles las cuotas a los Tlacos”, fueron los mensajes plasmados en las dos cartulinas colocadas en el cofre de la camioneta junto a las cabezas humanas.
Del mismo modo, en redes sociales circularon otras dos cartulinas similares que fueron abandonadas en la escena en la que una hace referencia a Eliel Antonio Bautista Hernández, alias El Wallace, a quien acusan de deber un dinero por motivos no especificados pero que relacionan con actividades de ministeriales.
Además de las cabezas colocadas en el cofre de la camioneta, en la cajuela y en pavimento fueron localizados los restos de segmentos anatómicos correspondientes a los occisos, los cuales algunos se presumen que corresponden a supuestos integrantes de un grupo delictivo que opera bajo las órdenes de Jesús Baltazar Moreno, alias “El M” y de un segundo sujeto apodado “Chino” o “Bambi”, de acuerdo con otra de las cartulinas abandonadas en el lugar del hallazgo.
La zona del macabro hallazgo fue resguardada por elementos de la Policía Estatal en coordinación con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Chilpancingo. Del mismo modo, al lugar de los hechos arribó personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero quienes dieron cuenta de que los segmentos anatómicos correspondían a cinco hombres y dos mujeres.
Peritos del Servicio Médico Forense aseguraron la escena y poco a poco realizaron el levantamiento de piernas, tórax y brazos que se encontraban tirados en la calle, así como de las cabezas colocadas en el cofre de la camioneta y el resto de segmentos anatómicos que estaban en la cajuela. Tanto los restos humanos, como las cartulinas y el vehículo fueron asegurados como pruebas para relizar las investigaciones correspondientes al caso.
Restos humanos podría coincidir con los de una familia desaparecida
De forma extraoficial, fuentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero citadas por Proceso revelaron que algunos de los restos humanos localizados esta mañana en Chilpancingo corresponden a cuatro integrantes de una familia que desaparecieron desde el pasado sábado 10 de junio cuando salieron de la capital guerrerense con destino a la comunidad de Palo Blanco.
Las y los integrantes de aquella familia fueron identificados como Elizabeth Catalán Olalde, Eloy Peralta García, su hijo Diego Gael y su novia Brithany Castro Santiago. De los cuatro integrantes se perdió totalmente el rastro la madrugada del 10 de junio.
Aunque en distintas localidades del estado se realizaron manifestaciones para exigir la aparición con vida de los integrantes de aquella familia, días después en redes sociales fue publicado un video en el que aparecen los cuatro con las manos atadas mientras son interrogados.
En la grabación, la familia admite haber participado en el asesinato del director del Hospital Comunitario de Quechultenango, Miguel Ángel Casarrubia Pérez, el cual ocurrió al sur de la ciudad de Chilpancigo, además de prestar servicios a un grupo criminal no especificado.
El motivo de dicho crimen estaría relacionado a que el director del Hospital brindaba atenciones a miembros del grupo criminal de Los Ardillos, el cual opera en distintas zonas del estado de Guerrero.
Hasta el momento en el que se escribe esta nota la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero no ha emitido ningún pronunciamiento acerca del hallazgo de los siete cuerpos desmembrados que compruebe -o desmienta- su relación con la familia secuestrada durante los primeros días de junio.