El sábado 17 de junio se incendió la subestación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del municipio de Huetamo, Michoacán debido a la explosión de un transformador. Dicho incidente dejó a 55 mil habitantes sin luz.
La prolongada ausencia de energía eléctrica en la demarcación, que continuaba hasta la tarde del 21 de junio, llevó a las y los pobladores a vivir “una situación complicada”, en palabras del alcalde Pablo Varona Estrada.
Además de las complicaciones que esta falta de luz implicaba por sí misma, se sumó a las altas temperaturas que se han registrado por la onda de calor, que en Huetamo han oscilado entre los 42 y los 45ºC.
Considerando esto, las autoridades explicaron que el principal reto al que se han enfrentado ha sido la imposibilidad de usar las bombas para extraer el agua de los pozos profundos y distribuirla entre la población.
Para el 20 de junio, el servicio de luz se había restablecido en un 80%, según la CFE, pero el voltaje disponible era muy bajo, prácticamente inservible para las necesidades básicas de las familias.
“Tenemos luz, energía, pero es para tener un foco, un foquito [...] Si utilizan los aires [acondicionados], no les funcionan. Si quieren sacar agua de un pozo profundo, no les funciona”, dijo el alcalde Varona en entrevista con Latinus.
Ante tal escenario, el edil tuvo que recurrir a medidas desesperadas, como utilizar el agua de la Presa El Chihuero para abastecer al 50% de la cabecera municipal. “No es agua potable, es agua para las plantas, para los animales, pero al no tener energía eléctrica tuvimos que echar mano de lo que tenemos”.
Por su parte, las y los habitantes del municipio han optado por dormir en las calles, debido a que las temperaturas resultan insoportables dentro de sus domicilios durante la noche.
“Nosotros no aguantamos estar adentro del cuarto en la noche dormidos, dormimos afuera Está uno sudando muchísimo, sacamos nuestras camitas o nuestras colchonetitas para dormir, o en las hamacas”, declaró una vecina de Huetamo entrevistada por Milenio.
Derivado de las extremas condiciones climatológicas, la contingencia eléctrica y la escasez de agua, ocho habitantes han muerto en el municipio, según datos compartidos por el presidente municipal. Las víctimas, de acuerdo con información compartida por Reforma, han sido personas adultas mayores y la mayoría vivía sin acompañantes.
Otra de las medidas a las que el gobierno local tuvo que recurrir fue la cancelación de actividades académicas al menos hasta el 26 de junio. “Esta situación representa un riesgo significativo para la salud y el bienestar de nuestros estudiantes, docentes y personal administrativo en las instituciones educativas”, explicó Pablo Varona.
Con esto, el munícipe pretende evitar accidentes o afectaciones relacionadas con la falta de agua y energía “como golpes de calor, deshidratación o enfermedades gastrointestinales causadas por el consumo de alimentos en mal estado”.
Por si fuera poco, la crisis de agua y energía eléctrica se extendió también al municipio vecino de Zirándaro de los Chávez, en Guerrero, en donde se han tenido que desplegar brigadas de Protección Civil para entregar apoyos a personas en situación de vulnerabilidad.