¿Es lo menos? Albañiles compran el iPhone más caro en tienda de Polanco y se hacen virales

Un par de maestros de construcción aceptaron el reto de comprar un gadget de gama alta, a cambio de 10 mil pesos

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Se pusieron a alburear en la tienda Credito: Youtube Yulay

En un país con clases sociales tan desiguales como México siempre existen los recelos y los prejuicio ante las diferencias entre una y otra persona. Por ello el que dos albañiles se introdujeran en una tienda de Polanco para comprar el iPhone más caro del mercado, fue visto como una verdadera hazaña, en lugar de como un hecho cualquiera. Los dos aceptaron el reto y de lograrlo recibirían 10 mil pesos en efectivo. ¿Cómo lo lograron?

Apostados en las calles aledañas del Zócalo con letreros en mano, en donde anuncian sus servicios de construcción, dos amables albañiles fueron encontrados por el youtuber Yulay. El creador de contenido acostumbra realizar videos en los que propone retos indiscretos, divertidos, o en algunas ocasiones imposibles, a individuos comunes que recorren las calles de la Ciudad de México.

Así Yulay dio con los dos albañiles que esperaban por contactar alguna “chambita” y no imaginaron que lo harían, aunque de una forma muy particular. El youtuber les propuso que ingresaran en una tienda Apple de la ciudad y pidieran por el iPhone 14 Pro, el modelo más caro actualmente que ronda entre los 33 y 36 mil pesos. A cambio el par de albañiles obtendría 10 mil pesos en efectivo si lograban la hazaña.

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Para lograrlo les dio su tarjeta bancaria, les proporcionó el PIN de la misma y anotó en un papelito las características del equipo que tenían que comprar. Incluso les dijo que compraran el teléfono con el famoso Apple Care, que es el seguro de la tienda que protege al gadget de cualquier eventualidad.

Primero se dirigieron a una tienda en donde la empleada de inmediato desconfío de su apariencia. Y es que mientras uno incluso llevó colgado de la cintura su flexómetro, el otro portaba una capa en la espalda que en realidad era una pequeña lona en donde se listaban sus servicios. La muchacha que les atendió, después de muchas miradas de recelo, les preguntó al final si la tarjeta era suya y cuando ellos negaron les indicó que necesitaba la identificación del titular.

Los dos albañiles salieron derrotados de la primera tienda, pero Yulay les dijo que no se preocuparan porque les llevaría a otra para dar el segundo intento. Así fue como llegaron a un establecimiento de Polanco en donde había mucha más gente. Incluso tuvieron que esperar a que un empleado se desocupara para poder atenderlos. Cuando éste llegó cambió su suerte.

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De inmediato hubo una conexión entre el joven y los dos señores. Incluso los “compadres” se pusieron a “alburear” entre ellos hablando de los tamaños de los teléfonos de Apple:

“Te voy a enseñar uno más grande a ver si te lo puedes llevar a casa. A ver si se lo muestras a la comadre”, le dijo el primer albañil a su amigo. Pero no éste no se quedó atrás y le contestó: “Pero si no me gusta, te lo regreso”.

Los dos reían de sus albures mientras esperaban a que el chico trajera el celular. Yulay escondido en un automóvil, pero escuchando todo gracias a unos micrófonos incrustados, también reía y comentaba a la cámara “son la cábula estos dos”.

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El chico de la tienda incluso les pudo conseguir el cargador del celular como un regalo adicional. “Intenté conseguirles un descuento, pero sólo me autorizaron a que se lleven el cargador como regalo”, dijo para el gusto de los dos albañiles.

Al final la tarjeta ingresó en la terminal y los dos pudieron pagar sin problemas y sin tantos requisitos. Cuando salieron del establecimiento y le dieron el teléfono, el youtuber les hizo entrega de sus 10 mil pesos en efectivo, mismos que repartieron por la mitad allí mismo.

Los comentarios del video claramente disfrutaron con el reto. Algunos se encariñaron con el par de albañiles e incluso pidieron que lanzaran una serie con ambos. “Vuelvan a buscar a los señores, se ve que son super trabajadores, un día trabajando con ellos”, dijeron algunos. Mientras que otros alabaron al muchacho de la tienda que amablemente los atendió sin juzgarlos: “El chavo se la sabe, en ventas no puedes dejarte guiar por las apariencias. Él ya ganó”.

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