Este domingo 18 de junio celebramos en México el Día del Padre y por esta razón es que Infobae México platicó en exclusiva con Erick Farjeat, músico, inversionista y tatuador, quien nos contó cómo se transformó su vida desde que nació Metztli y las dificultades de ser papá soltero, pero también de los momentos tiernos y emotivos que ha vivido al lado de su pequeña.
Poco después de que el músico tomara la decisión de separarse de Sabrina Sabrok, mamá de la niña, una de las principales dificultades que tuvo fue el poder cuidar de la bebé y al mismo tiempo realizar actividades que le pudieran dejar un beneficio económico, especialmente para poder cumplir con su responsabilidad con la menor de edad.
“Cuando nos separamos de su mamá lo más difícil fue cuidarla y al mismo tiempo poder trabajar, la niña tenía año y medio, ahorita la puedo traer conmigo para todos lados, mis actividades me lo permiten, pero en su momento era muy complicado, no me daba tiempo de nada, me las tenía que arreglar”, declaró el ahora emprendedor.
Una de las mayores complicaciones que vivió fue cuando tenía que ir a practicar lucha libre porque consideraba incorrecto tener a la niña en los vestidores rodeada de luchadores, pero afortunadamente, mencionó, siempre encontraba personas de confianza que pudieran cuidarla.
En este momento contó una anécdota que vivió en una ocasión al subir al cuadrilátero. Metztli vio como lo golpeaban entre varios contrarios, pero ella se lo tomó con normalidad debido a sus entrenamientos de artes marciales mixtas y en lugar de externar preocupación, comenzó a reírse, recordó divertido el también atleta.
Por ningún motivo, afirmó, dejaba sola a su hija y por ello es que la niña conoció el mar porque viajaba con él y con su banda a distintos lugares donde eran solicitados para tocar.
Un momento que marcó su vida fue cuando la niña nació y él se convirtió en la primera persona en cargarla, abrazarla y darle de comer, experiencia que calificó como la mejor del mundo. Asimismo recordó cuando a la menor le diagnosticaron autismo. Farjeat reveló que en un primer momento los médicos diagnosticaron problemas de audición, pero después se dieron cuenta que no era así.
Con el tiempo notó que la niña no hablaba, pero se comunicaba de distintas formas, ella aprendió a entender el lenguaje de señas, además cuando conocía personas con las que sabía que tendría complicaciones para darse a entender siempre buscó la forma.
Farjeat, dentro de la adversidad, se sintió afortunado porque Metztli sí tolera el contacto físico, a diferencia de otros menores con autismo en los que puede ser un detonante de crisis, por lo que podía tranquilizarla cuando había problemas, lo que facilitó este proceso que, de acuerdo con el también tatuador profesional, tiene mucho tiempo que no ocurre.
Un recuerdo cargado de emociones fue cuando la niña, con sílabas, dijo “papá” a pesar de que los médicos dijeron que no iba a hablar. Tras emitir esta palabra, los expertos no descartaron que en algún momento la hija de Erick Farjeat pudiera articular más palabras, pero que dependía de la necesidad que ella tiene para comunicarse.
A pesar de que no habla me dijo, separadamente, papá, me dijeron los doctores que esto depende de la necesidad que tiene de comunicarse por lo que no descartan que en algún momento pueda hablar más allá de decir esta significativa palabra: papá.
Esto se convirtió en un sentimiento de esperanza para el emprendedor, pero por el momento es feliz de estar al lado de su hija, verla crecer y aplaudir sus logros. Asimismo dijo que se siente feliz y afortunado de ser un padre soltero a pesar de todas las adversidades.