Ramón Arellano Félix fue uno de los fundadores e integrantes del Cártel de Tijuana, una las estructuras criminales más antiguas de México, también conocida como Organización de los Arellano Félix (OAF), misma que todavía controla el paso de drogas de la ciudad fronteriza a California, Estados Unidos, por lo que su vida quedó plasmada en un narcocorrido de Los Tucanes de Tijuana, que hace algunos días lanzó una nueva versión con el Grupo Firme.
“Hombre de pocas palabras, orgullo de sus hermanos. Cualquiera le tenía miedo. No le temblaba la mano, unos le decían Colores, otros Ramón Arellano…”, dice el corrido que lleva el mismo nombre del narcotraficante y que en un principio salió en el álbum Imperio de Los Tucanes de Tijuana en el año 2003.
Ramón fue uno de los diez hombres más buscados de las autoridades de los Estados Unidos desde 1997 hasta la fecha de su muerte, luego que la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) acusara al Cártel de Tijuana de trasladar cientos de toneladas de cocaína y marihuana de México y Colombia a la Unión Americana, ganando cientos de millones de dólares en el proceso.
“Cuerno de chivo en el hombro y en su cuadril una escuadra. Varias granadas de mano, listas para detonarlas. Charola de comandante y su chaleco antibalas. Veinte años en el negocio, no los aguanta cualquiera. Ramón a punta de balas acaparó la frontera. Aunque su voz no era gruesa ponía a temblar a cualquiera…”, menciona otra parte de la canción que describe la forma en la que el narco sinaloense se “disfrazaba” para pasar desapercibido ante las autoridades.
“Así nació de valiente, pues era de Sinaloa. Amante de los corridos norteños y de tambora. Su vicio eran las mujeres y disparar su pistola”, describe la nueva versión en vivo hecha con el Grupo Firme que se estrenó el pasado 30 de mayo de este año.
De carácter explosivo, Ramón Arellano Félix era conocido por asesinar a quien lo interrumpía mientras escuchaba música, estaba con sus amigos o disfrutaba de una bebida, así como de desaparecer a antiguos socios que intentaban cambiar su forma de negocio en las drogas.
“No toleraba reclamos, rápido desenfundaba sin decir ni una palabra, les disparaba en la cara. Era Ramón Arellano, nadie podía decir nada. Hombre de pocas palabras, orgullo de sus hermanos. Aunque era de Sinaloa bien parecía siciliano, porque ajustaba las cuentas..siempre al estilo italiano”, relata la canción que hasta el momento cuenta con más de 24 mil “me gustas” y casi medio millón de visualizaciones.
De acuerdo con la DEA, el Cártel de Tijuana, fundado en los años 80s, se caracteriza por su violencia y el trasiego de drogas hacia San Diego, California, y hasta el oeste de Canadá. “Su ley es la de la plata o el plomo”, dijo el entonces portavoz de la agencia atidrogas, James Molesa, días antes de la muerte del narco.
Ramón Arellano Félix fue asesinado en un enfrentamiento con la policía en Sinaloa el domingo 10 de febrero de 2002. De acuerdo con la versión de los hechos, tres individuos circulaban en sentido contrario a la multitud a bordo de un Volkswagen blanco, casi en la esquina de la calle Rodolfo T. Loaiza y Gaviotas, en la Zona Dorada de Mazatlán.
Esto llamó la atención de algunos agentes ministeriales, por lo que al marcales el alto, los uniformados fueron atacados a tiros y sólo uno de ellos logró repeler la agresión y herir a dos de los agresores.
En el lugar quedaron los cuerpos de dos hombres boca arriba ante la mirada de los espectadores del Carnaval. En un principio se dijo que una de las víctimas era el de Jorge López Pérez, agente de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), hoy FGR. Después se supo que era el líder del Cártel de Tijuana, que siempre “se disfrazaba” de policía.