El 4 de noviembre de 2019, bajo los intensos rayos del sol del norte de México, un comando fuertemente armado accionó rifles de asalto en una emboscada entre los estados de Sonora y Chihuahua perpetrada en contra de tres camionetas en las que viajaban mujeres y niños que salieron del municipio de Bavispe rumbo a la comunidad mormona LeBarón.
El saldo de aquel brutal ataque fue de 3 mujeres y 6 menores de edad muertos, incluyendo dos bebés, hecho que generó gran indignación entre la opinión pública. Casi cuatro años más tarde, el subsecretario de Seguridad Pública (SSCP), Luis Rodríguez Bucio, confirmó la detención de 33 personas relacionadas con la llamada “Masacre LeBarón”.
Fue la tarde del pasado martes 14 de junio cuando se confirmó que Fidencio Alejandro “G”, alias El Janos, fue sentenciado a 12 años de prisión por el delito de delincuencia organizada y portación de armas de fuego, además de que el imputado enfrenta otro proceso judicial por el delito de homicidio -calificado y en grado de tentativa- así como por lesiones en contra de las familias LeBarón, Langford y Miller.
De acuerdo con información de Milenio, El Janos formaba parte de “La línea” -una agresiva y peligrosa facción del Cártel de Juárez- desde 2017. Dentro del grupo delictivo Fidencio “G” se desempeñó como “tirador de droga” para posteriormente ascender a halcón y tiempo después a jefe de plaza.
Y es que, tras la masacre en contra de la familia LeBarón en 2019, informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) apuntaron a “La Línea” como la organización criminal responsable de los lamentables hechos ya que, según sus pesquisas, integrantes de la célula delictiva habrían confundido a las tres mujeres y a los 14 menores de edad con miembros de la facción “Los Salazar” con la cual mantienen una disputa por el territorio en los límites de Chihuahua y Sonora.
¿Cómo surgió “La Línea”?
Dentro de la historia del narcotráfico en México, el Cártel de Juárez ha destacado por ser una de las organizaciones criminales responsables del tráfico de toneladas de drogas desde México a Estados Unidos.
La posición geográfica de Chihuahua hizo del estado fronterizo un escenario propicio para el trasiego de narcóticos, por lo que el territorio se ha mantenido en disputa entre el Cártel de Sinaloa y el de Juárez, dejando a su paso una incesable ola de violencia.
De acuerdo con la organización especializada en crimen organizado, InSight Crime, el Cártel de Juárez cuenta con operaciones bien establecidas de transporte, almacenamiento en todo el país, además de que continúan cobrando impuestos por dejar que otros grupos delictivos usen sus “plazas” o corredores para el tráfico de drogas.
Para proteger sus actividades ilícitas, el Cártel de Juárez cuenta con un brazo armado que opera desde principios del siglo en Chihuahua, donde ha sembrado terror para impedir que el Cártel de Sinaloa ae apropie de la plaza.
El brazo armado del Cártel de Juárez es “La Línea” y, de acuerdo con la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) desde 2015 la célula delictiva fue catalogada como “un cártel del narco en formación”.
Tras la masacre de la familia LeBarón en 2019, una fuente en Chihuahua comentó a Infobae México que “La Línea” empezó a tomar notoriedad en 2004 cuando se hizo público que estaba integrando en su mayoría por policías y expolicías de Ciudad Juárez, así como algunos elementos estatales.
Fue precisamente dicha característica la que dio origen a su nombre, pues eran los ex miembros del orden público quienes establecieron una especie de “línea” para que nadie vendiera drogas en las calles y quienes no seguían dicha instrucción eran asesinado.
Carlos Rodríguez Ulloa, analista del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede) comentó a Infobae México en 2019 que si bien es cierto que “La Línea” actuó como brazo armado del Cártel de Juárez, en la medida que sus líderes fueron asesinados o arrestados, se apropiaron de la organización criminal.
Dicha premisa coincide con el análisis realizado por InSight Crime, el cual plantea que el Cártel de Juárez va en declive mientras que “La Línea” va en ascenso.
Grupos como “La Línea” surgieron como contratistas de seguridad para los cárteles dominantes de México, de este modo, han sido los encargados de defender los negocios de la organización criminal que encabezaron los Carrillo Fuentes del Cártel de Sinaloa.
De este modo “La línea” en alianza con padillas estadounidenses como Barrio Azteca han protagonizado múltiples ataques y episodios violentos en su disputa por el territorio con Los Mexicles -brazo armado del Cártel de Sinaloa- y Los Salazar -otro grupo criminal asociado a la organización que fundaron Joaquín “El Chapo” Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada y Héctor “El Güero” Palma.