Especialistas que participaron en un proyecto de la Secretaría de Cultura analizaron vestigios encontrados en el siglo XX entre los restos óseos de un mamut. El análisis echó abajo un mito sobre la forma de vida de los primeros pobladores del Valle de México.
Los vestigios fueron encontrados por el arqueólogo Luis Alveleyra en 1954, en Santa Isabel Ixtapan, Estado de México. Se trata de un bifacial de pedernal y dos puntas que estaban entre las costillas de un mamut.
A mitad del siglo XX se pensó que los artefactos habían sido utilizados como puntas para cazar. Sin embargo, este mito fue desechado con los más recientes análisis microscópicos.
Los instrumentos fueron analizados en el Laboratorio de Prehistoria del IIA-UNAM por expertos quienes mediante un aumento lograron ver las marcas de uso en cada pieza que son imperceptibles para la vista humana. Fue así que descubrieron que los objetos encontrados no se utilizaron en la caza sino que sirvieron como cuchillos en actividades de corte y descarnado.
El contacto de los artefactos con el recurso desgastado produjo rastros de uso en los bordes de los artefactos que fueron identificados en el análisis microscópico. También encontraron indicios que fueron utilizados para cortar materiales de gran dureza.
Con esto, ahora se sabe que las personas que poblaron el Valle de México por lo menos 9 mil años atrás aprovecharon a los mamuts en la orilla del lago de Texcoco.
“El tipo de micropulido detectado con el microscopio metalográfico presenta la forma craquelada que se obtiene cuando se corta hueso o material muy duro”, explicó la arqueóloga Patricia Pérez Martínez, investigadora del Laboratorio de Tecnología de Cazadores-Recolectores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), que participó en el análisis.
En esta investigación participó también Guillermo Acosta Ochoa, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien refirió que en un segundo estudio se detectó materia orgánica en una de las puntas halladas entre las costillas del mamut.
Asimismo, Acosta Ochoa indicó que encontró restos de lo que parece ser grasa. Para confirmarlo se hará un nuevo análisis en el Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural.
Las piezas analizadas son parte del acervo del Museo Nacional de Antropología (MNA) por lo que su traslado al laboratorio en el que fueron estudiadas tomó dos semanas. Fueron trasladadas en apego a un estricto protocolo bajo la gestión de Antonio Saborit García Peña, titular del MNA y de Juan Martín Rojas, curador-investigador de la Sala Poblamiento de América.
En tanto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analiza los restos de mamuts encontrados durante la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía, Estado de México. La especie emblema que habitó esta zona de Estado de México es el mamut colombino.
La investigación comenzó un año atrás y los especialistas que encabezan el proyecto prevén que los resultados revelen detalles sobre la vida de los pobladores prehistóricos.
“Arrojará información novedosa para conocer las adaptaciones al medio, dinámicas poblacionales e incluso las relaciones de parentesco que hubo entre los proboscídeos del México prehistórico”, expuso INAH en un comunicado.
Hasta el momento han sido localizados 50 mil restos paleontológicos en Santa Lucía. Se trata del acervo de mayor tamaño en territorio latinoamericano y uno de los depósitos con restos de mamuts más grandes de Norteamérica.
En ese sentido su estudio representa una labor titánica de análisis de molares y fechamientos de radiocarbano que arrojen información sobre la prehistoria.
Además del mamut colombino en los terrenos del AIFA vivieron gliptodontes, perezosos terrestres, camellos americanos, lobos pleistocénicos y dientes de sable. Se espera que la investigación revele datoso sobre estas especies también.