El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más prolíficas de México que ha logrado trasladar sus operaciones delictivas fuera del país. La producción de fentanilo es una de sus actividades más redituables, por lo que ahora han trasladado sus narcolaboratorios a otras regiones de prueba para expandir su negocio de drogas.
En ese sentido, América Latina es un territorio clave para establecer una nueva red de contactos y proveedores, quienes se encargan de importar los precursores químicos empleados en la elaboración del opioide sintético. Es así que los tentáculos del cártel han llegado a países como Ecuador, aunque no se trata del único país en el que se han asentado.
Un reportaje del periodista Luis Chaparro de Fox News ha dejado entrever que el Cártel de Sinaloa ha encontrado un nuevo destino para instalar sus laboratorios clandestinos: Colombia. Esto ha quedado constatado según operadores que trabajan para dicho grupo delictivo, el cual es encabezado principalmente por Ismael El Mayo Zambada y la facción de Los Chapitos, liderada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
El arribo del Cártel de Sinaloa a Colombia fue puesto al descubierto a mediados de marzo, cuando un par de mexicanos llegaron al Aeropuerto Internacional El Dorado, en Bogotá. Agentes de la Policía Nacional interceptaron a ambos sujetos cuando descendieron del avión y les solicitaron sus respectivas identificaciones.
Con documentos falsos, los mexicanos pretendieron ocultar su verdadera identidad, pero tras un interrogatorio se determinó que se trataba de Silvano Francisco Mariano y Carlos Omar Félix, señalados como miembros de alto rango del también llamado Cártel del Pacífico, según acusaciones de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Informes de la agencia estadounidense señalan que tanto Omar como Silvano solían operar laboratorios clandestinos del Cártel de Sinaloa. En esos espacios se procesaban los precursores químicos importados de China para producir pastillas de fentanilo, las cuales posteriormente eran traficadas a Estados Unidos.
El motivo de su viaje a Colombia tenía que ver con la supervisión de una serie de “cocinas” -como también se les llama a los narcolaboratorios- que habían sido establecidas en una de las zonas más exclusivas del país gobernado por Gustavo Petro, donde se producía droga sintética, de acuerdo con el medio citado.
Un par de meses antes, los capos mexicanos habían alquilado un inmueble ubicado en un complejo residencial de apartamentos llamado Colina Campestre, localizado al noroccidente de Bogotá. En ese sitio se habían instalado máquinas para prensar píldoras, además de que autoridades colombianas encontraron precursores químicos, armas de fuego y múltiples cantidades de un polvo azul que presuntamente era fentanilo.
Una fuente de la Policía Nacional de Colombia -cuya identidad se mantuvo bajo reserva- comentó a Fox News que no se trataba de un “pequeño centro de producción”, toda vez que dicho sitio tenía una capacidad de elaborar 100 mil pastillas de fentanilo cada día.
Sin embargo, un miembro del Cártel de Sinaloa que se dedica a traficar droga de Sinaloa a Los Ángeles indicó que Colombia sólo era un “sitio de prueba”. El objetivo era estudiar si se podía adquirir fentanilo de las farmacias locales y analizar si eso era rentable para los negocios de la organización criminal.
Lo cierto es que Silvano y Omar fueron detenidos el 16 de marzo en territorio colombiano por agentes de la Dirección de Policía Judicial e Inteligencia, cuando descendieron de su vuelo comercial en Bogotá. Posteriormente, el 4 de abril un gran jurado federal del Distrito Sur de Nueva York presentó un par de acusaciones contra dichos individuos, debido a su presunta responsabilidad en la importación de drogas sintéticas.