El municipio de Chimalhuacán vivió una histeria colectiva durante el mes de septiembre en el año 2015, esto debido a constantes ataques que se dieron en la entidad, en los que personas eran heridas en el cuello, algunas de ellas pudieron sobrevivir, mientras que otras lamentablemente no.
Mientras se acercaban los festejos por el aniversario de la Independencia de México, las calles del municipio al oriente del Estado de México comenzaron a llenarse de sangre, con al menos siete ataques presentados de forma aleatoria del 14 al 17 de septiembre.
El autor intelectual no había podido ser identificado, aunque era descrito por las víctimas que lograron sobrevivir, como una persona ágil y veloz. Los barrios de Curtidores, Ebanistas, Artesanos, Pescadores y Labradores fueron testigos de como varios habitantes resultaron heridos por un cuchillo o una navaja, mientras caminaban de forma tranquila por la calle.
El primer afectado fue José Antonio Pichardo, un hojalatero de 36 años que salió a realizar unas compras el 14 de septiembre. Fue acuchillado en el abdomen, además de sufrir perforaciones en los brazos y una herida más en el cuello.
Pese a encontrarse gravemente herido, pudo arrastrase hasta la puerta de su casa, en donde fue hallado por una de sus hermanas, quien de inmediato solicitó el apoyo de los servicios de emergencia para que la víctima pudiera ser trasladado a un hospital, en donde por fortuna pudo recuperarse de manera favorable.
Ese mismo día, aunque con varias horas de diferencia, un segundo caso se presentó en la región, Antonio Soto de 43 años, fue atacado mientras se dirigía a su trabajo. El hombre describió haber visto a una mujer caminando hacia él, con una actitud sospechosa, aunque la perdió de vista luego de que esta se ocultara detrás de un automóvil.
Su atacante salió de un costado de una camioneta, acuchillando a Antonio directamente en el cuello, sin embargo, consiguió repeler el ataque con un golpe, aunque no del todo contundente. El agresor salió corriendo, mientras era seguido por la víctima, quien solo pudo recorrer una distancia aproximada de 50 metros antes de que se le fuera el aire, producto de la herida que le había causado.
El 15 de septiembre se conoció de la primera víctima mortal, una mujer identificada como Rosario Laureano Ventura, de 40 años, quien fue degollada mientras viajaba en un camión. Nadie al interior se dio cuenta de lo que había sucedido, siendo el conductor de la unidad quien la encontró moribunda mientras realizaba un recorrido al interior de su vehículo tras finalizar su ruta, murió mientras era traslada a un hospital..
La noche de ese mismo día trajo consigo otra persona afectada, quien caminaba por una calle solitaria, cuando fue atacada por una persona, misma que en un momento considero era del género masculino, aunque descartó esa teoría al verla escapar. La victima era Rosa María Jiménez Martínez, de 69 años; la mujer no sufrió lesiones graves por lo que se pudo recuperar sin complicaciones.
Durante el día 16, Yolanda Beltrán, una mujer de 45 años, también fue atacada aunque logró sobrevivir gracias a dos transfusiones de sangre.
Un día después, el 17 de septiembre, el atacante cobraría su segunda víctima mortal, en un hecho que sucedió a plena luz del día. Brenda Mondragón, de 16 años de edad, se dirigía a la escuela junto a su madre, cuando fue herida en el cuello, sin que los testigos que presenciaron en el hecho pudieran detener al agresor.
El último de los ataques se presentó el 18 de septiembre, cuando Luisa Soto, de 40 años, fue lastimada a mediodía, corriendo con la suerte de sobrevivir debido a que consiguió desviar la cuchillada. Fue aquí donde el atacante dejo por primera vez una pista que ayudó a las autoridades mexiquenses a dar con su identidad: una navaja.
Tras los ataques presentados y con la información confusa que circulaba, los habitantes del municipio de Chimalhuacán vivieron una histeria colectiva, lo que los llevó a salir incluso a la calle armados con palos y tubos para evitar ser dañados.
Con la ayuda de testigos y sobrevivientes, las autoridad consiguieron elaborar un perfil del atacante, mismo que fue descritó como una mujer de tez morena clara, joven, de entre 20 y 25 años, con dos tatuajes de la Santa Muerte, pelo lacio y café.
Se llegó a creer que podía tratarse de un hombre disfrazado de mujer, debido a la forma en la que atacaba a sus víctimas, sin embargo, posteriormente esta teoría fue descartada por completo.
La búsqueda se intensificó en los poblados en donde se registraron los hechos, teniendo una alerta máxima por alrededor de 20 días. Siendo el 2 de otubre de 2015 el día en que se daría con el paradero de la agresora; Itzel Nayeli Montaño García, de 20 años de edad, fue detenida por autoridades mexiquenses, en Chimalhuacán.
Su detención se pudo realizar gracias a dos denuncias, una por parte de su pareja y otra de un vendedor ambulante, con quien trabajaba la homicida, mismos a los que también trató de asesinar. La gente la nombró como “La degolladora de Chimalhuacán”, quien perpetraba sus ataques mientras se encontraba bajo los efectos del alcohol y de drogas.
Itzel Nayeli nació en 1995, en el municipio del Estado de México en el que cometió sus asesinatos, siendo la segunda de seis hijos. Viviendo con sus padres hasta los 14 años, cuando conoció a un hombre mayor que ella con quien decidió comenzar a vivir en unión libre.
A los 16 años se separó de su primer pareja, momento en el que inició a consumir drogas, la mayoría de ellas inhalantes, además de tener otros vicios como el cigarro y el alcohol. Era vendedora de dulces en las inmediaciones del Metro en la Ciudad de México, aunque no sabía leer, escribir ni hacer cuentas debido a que solo consiguió estudiar hasta el tercer grado de primaria.
Tuvo un segundo esposo, de nombre Rafael, quien era conductor de transporte público, mismo con el que se fue a vivir cuando ella tenía 17 años. Varios de sus vecinos señalaron que la pareja era violenta, teniendo varias discusiones entre ellos que llegaban hasta los golpes.
Aunque se sigue desconociendo de las razones por las cuales atacaba a la gente, varios de sus familiares y amigos señalaron que “La degolladora de Chimalhuacán” se transformaba en otra persona cuando consumía drogas o alcohol.
Nunca siguió un patrón para elegir a sus víctimas, aunque su método de ataque siempre fue el mismo: llegar por la espalda y dañar el cuello de las personas. Pese a haber confesado ser culpable de los acontecimientos, jamás dio una explicación razonable para llevarlos a cabo, sin embargo, si declaró haberlos realizado mientras se encontraba bajos los efectos de inhalantes y bebidas alcohólicas.
En julio de 2017, Itzel Nayeli Montaño García fue sentenciada a 20 años de cárcel por un juez penal del Poder Judicial del Estado de México, siendo señalada por el delito de intento de homicidio, aunque continua esperando juicios por otros cargos. Actualmente tiene 27 años.