En los días previos a su arresto, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro y quien era el líder del poderoso Cártel Santa Rosa de Lima (CRSL), que opera en el bajío mexicano, difícilmente dormía dos noches en el mismo lugar.
En ese momento el líder criminal no lo sabía, pero algo presagiaba. Un año y medio antes de que fuera capturado, el 2 de agosto de 2020, sus pasos ya eran seguidos de cerca por un agente infiltrado y las áreas de inteligencia de las fuerzas federales.
De acuerdo con una serie de reportes de la Subjefatura de Inteligencia de la Sedena, que fueron obtenidos a través del hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) conocido como “Guacamaya Leaks”, las autoridades intentaron detener al “Marro” en varias ocasiones a través de acciones operativas que incluyeron drones y helicópteros Black Hawk.
Detalles del arresto de “El Marro”, según Guacamaya Leaks
“Marlo” fue el nombre con el que se identiticó al agente infiltrado en el círcuilo íntimo del “Marro”, de acuerdo con un correo electrónico con fecha del 26 de febrero de 2019 titulado “Caso Herramienta” y elaborado por la División de Investigación de la extinta Policía Federal.
El espía apodado como “Marlo”, según los reportes de la Sedena, logró ponerse en conctacto con uno de los operadores financieros de Yépez Ortiz, con quien incluso habría pactado una reunión en la que el hombre de confianza del capo le solicitó al agente infiltrado y a otros de sus colaboradores, que se hicieron pasar como policías, que le ayudaran a quitarse de encima a la Gendarmería, al Ejércitro y la Marina porque, supuestamente, solo le pedían dinero a su jefe pero no respetaban sus acuerdos.
Tras la reunión, las autoridades acordaron que para ganarse la confianza del líder huachicolero, y así acceder a más información que permitiera su captura, debían concederle sus peticiones. Después se elaboró una estrategia para su captura que contó con la colaboración de la Secretaría de Marina (Semar).
Posteriormente se logró la intervención de las comunicaciones del círculo íntimo de José Antonio Yépez Ortiz. Al menos en cuatro correos electrónicos aparecieron diferentes transcripiones telefónicas de las personas cercanas al capo, las cuales permitieron conocer su ubicación.
Un correo con fecha del 30 de enero de 2019 enviado a la Subjefatura de Inteligencia especificó que el líder huachicolero se encontraba escondido en el municipio de Santa Cruz. El texo iba acompañado de imágenes y un video grabado desde un avión que sobrevoló el predio donde presuntamente se ocultaba el jefe del CSRL.
“Ahí lo escondieron. Poblado San José de los manantiales”, detalló el texto.
Otro correo con fecha del 7 de marzo de ese mismo año mencionó que gracias a una denuncia anónima se obtuvo nuevamente información de que “El Marro” se escondía en el fraccionamiento El Laureal, en el municipio de Cortázar, Guanajuato.
Las autoridades realizaron sobrevuelos no tripulados para obtener imágenes en tiempo real del objetivo. Emplearon siete helicópteros (cinco Black Hawk y dos Mi17), así como 60 efectivos. De igual forma se añadieron en el correro las imágenes tomadas por un dron que sobrevoló el inmueble.
Fruto de esas intervenciones poco a poco fue cayendo su círculo más cercano. Primero lo hizo su cuñada, quien también fue identificada como operadora financiera del cártel; luego su esposa; después sus padres y, finalmente, el 2 de agosto de 2020, en el municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas, cayó Yépez Ortiz.