La pandilla Mara Salvatrucha (MS13), una de las más conocidas desde su nacimiento en la década de los ochenta en la ciudad de Los Ángeles, California, habría tomado partido por una de las facciones en las que se dividió el Cártel de Sinaloa tras la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2016.
Una reciente investigación de Univisión, encabezada por el periodista Isaías Alvarado, dio a conocer que los jefes de la MS-13 recluidos en cárceles de California le prohibieron a sus miembros participar en los trasiegos de enervantes, específicamente de fentanilo, que desde México coordinaban los hijos de Guzmán Loera, mejor conocidos como “Los Chapitos”.
Las fuentes consultadas por el medio estadounidense de habla hispana confirmaron que la Mara Salvatrucha se decantó por la facción de Ismael “El Mayo” Zambada, dándole la espalda a “Los Chapitos” y a los hermanos de Guzmán Loera, “El Mudo” y “El Guano”, que continuán operando desde la sierra sinaloense.
“El ‘MZ’ está prácticamente aislado de eso (fentanilo) y la Mara también está al margen del fentanilo. No se está moviendo nada de eso. Si algún marero anda en eso, está la orden de darle para abajo (matarlo). Es una droga que está matando a mucha gente”, dijo un pandillero entrevistado por la cadena de televisión.
“Están viendo que muchos de los miembros se están volviendo indigentes y no lo ven bien porque avergonzó a la pandilla. Saben que el fentanilo ha causado daños internos”, agregó el entrevistado.
Desde entonces, los pandilleros con sede en Estados Unidos, Canadá, México y Centroamérica, distribuyen únicamente el material de Zambada García, considerado como el único capo de la vieja guardia que sigue en activo.
De acuerdo con la investigación, son escasos los operativos policiales sobre decomisos de pastillas de fentanilo a operadores de la MS13 en Estados Unidos. “Antes de que saliera en los noticieros, nosotros ya sabíamos que le iban a pegar duro a ‘Los Chapitos”, dijo el pandillero.
Cargos de EEUU contra Chapitos
El Departamento de Justicia de Estados Unidos en abril cargos en tres distritos federales contra varios supuestos cabecillas del Cartel de Sinaloa, entre ellos cuatro hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán, por tráfico de fentanilo y otras drogas.
En un comunicado, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, destacó que las acciones van dirigidas a “la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”, dirigida por el citado cartel y “alimentada por compañías farmacéuticas chinas”.
Los cargos en los distritos federales del Sur de Nueva York, el Norte de Illinois y el Distrito de Columbia son contra cerca de una treintena de personas, incluidos cuatro hijos del Chapo. Según el comunicado, hay siete acusados bajo custodia, aunque no aclara cuáles son.
Las acciones de este viernes, según la gestora de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Anne Milgram, mandan “el mensaje claro a los ‘Chapitos’, el cartel de Sinaloa y las redes criminales de droga de todo el mundo de que la DEA no se frenará ante nada para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos y de los estadounidenses”.
Los “Chapitos” son los cuatro hijos de Joaquín Guzmán, antiguo dirigente de ese cartel: Iván Guzmán Salazar, de 40 años; Alfredo Guzmán Salazar (37), Joaquín Guzmán López (36) y Ovidio Guzmán López, de 33.
Justicia apuntó que presuntamente usaron aviones de carga, aeronaves privadas, submarinos y otras embarcaciones sumergibles y semisumergibles, portacontenedores, embarcaciones de suministro y pesqueras, lanchas rápidas, autobuses o vagones de ferrocarril, entre otros, para transportar sus drogas y precursores químicos.
El Departamento de Estado, a través de su Programa de Recompensas contra los Narcóticos, ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca al arresto o la condena de Iván, Alfredo y Ovidio Guzmán, y hasta 5 millones por Joaquín.