Habitantes de San Cristóbal Tulcingo, Puebla, fueron desalojados de emergencia el 7 de junio, luego de que se reportara la fuga de una sustancia química tóxica.
De acuerdo con la Coordinación General de Protección Civil del Estado, la fuga provino de un contenedor dentro de la caja de un tráiler que estaba abandonado. Por lo anterior, tuvieron que desalojar a 30 vecinos que se encontraban en un radio de 50 metros a la redonda.
A través de redes sociales, Protección Civil detalló que la caja del tráiler fue localizada sobre la carretera federal a Tlaxcala, a la altura de la colonia San Cristóbal Tulcingo, con una fuga que provocó la formación de una nube de hipoclorito de sodio.
Además, dentro del contenedor también había diversos químicos, como ácido fosfórico, ácido dodecil benceno y ácido aquilsufanato.
Para mitigar los gases tóxicos, el Cuerpo de Bomberos de Puebla tuvo que disiparlos, pues el hipoclorito de sodio estaba dificultando la respiración de las personas que estaban por la zona.
También acudió personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para ayudar en las diligencias.
“Es importante mencionar, que los ácidos que contiene la caja de tráiler son corrosivos y tóxicos, su manejo es con equipo de protección personal y que comúnmente son útiles en la formación de productos de limpieza”, dijo Protección Civil.
Luego de que el equipo se estableció, lograron disipar la nube con apoyo de una unidad motobomba. Es de señalar que Protección Civil estableció el Sistema Comando de Incidentes y aclaró que el tráiler era de Tlaxcala.
Hipoclorito de sodio
Según una ficha de seguridad química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el hipoclorito de sodio es un tipo de cristal inestable que se descompone con el aire.
Normalmente es usado como blanqueador de productos textiles y pulpa de papel, para purificar agua, como agente en algunos procedimientos odontológicos y para preparar otros productos químicos.
Aunque no es inflamable, puede provocar fuego cuando entra en contacto con material orgánico; también puede generar gases tóxicos (como cloro) cuando se calienta, así que se recomienda mantenerlo en lugares fríos y lejos de materiales combustibles.
Los riesgos para la salud son la destrucción de membranas del tracto respiratorio, ojos y piel. De tal modo, es peligroso si se ingiere, se respira o se está cerca, ya que es absorbido por la piel. “Los primeros síntomas de intoxicación son: sensación de quemado, tos, dolor de garganta, dificultad al respirar, náusea y vómito”.
En caso de fuga la recomendación es usar equipo de protección, evacuar y ventilar el área, evitando que se caliente.
La Profepa señala que se emite una emergencia química cuando ocurre “una situación no planeada e inesperada que resulta de la liberación al ambiente de una o más sustancias químicas, las cuales representan un riesgo para la población y el ambiente. La respuesta a las emergencias químicas son competencia de la Profepa”.
Del 2000 al 20021, en Guanajuato ocurrió el mayor número de emergencias químicas (2 mil 172). El estado de Puebla fue el tercero, con mil 321 casos de este tipo, según datos de la dependencia.