El nombre de Amado Carrillo Fuentes quedó grabado en la historia del narcotráfico en México como el de uno de los principales y más audaces traficantes. Y es que, sus habilidades como piloto aviador le permitieron -desde sus inicios en el Cártel de Guadalajara y más tarde en el de Ciudad Juárez- encabezar una de las primeras grandes operaciones del trasiego internacional de drogas desde el centro y sur del continente americano hasta México y Estados Unidos.
Muchas fueron las teorías y suposiciones que rodearon la muerte de quien también fue sobrino de Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como Don Neto. No obstante y pese al paso de los años, el Señor de los Cielos continúa siendo un personaje relevante y crucial para entender cómo se fue estructurando el hampa en el país azteca hasta convertirse en lo que actualmente es.
De este modo, la periodista de investigación Anabel Hernández se dio a la tarea de consultar distintas fuentes cercanas al poderoso capo que no solo le brindaron detalles acerca de su historia y trayectoria criminal, sino también de algunos rasgos poco conocidos sobre la personalidad de Amado Carrillo Fuentes, así como algunos de sus gustos más peculiares.
La información recabada y digerida por la periodista Anabel Hernández fue plasmada en su polémico libro Los Señores del Narco, mismo que además de contar parte de la historia de algunos de los narcotraficantes más poderosos que ha visto nacer México, también expuso algunos de los vínculos que organizaciones criminales han tenido con algunas de las figuras más reconocidas de la política mexicana en los tres niveles de gobierno.
Respecto a Amado Carrillo Fuentes, la periodista de investigación consultó una investigación de José Alfredo Andrade Borges, quien tenía una amistad muy cercana y trabajaba con Sergio Aguilar Hernández, abogado del Señor de los Cielos.
A inicios de la década de los 90′s José Alfredo Andrade Borges tuvo una relación directa con Amado Carrillo Fuentes al desempeñarse como abogado defensor de Sósimo Leyva Pérez un cuñado del capo. Fue esa cercanía la que le permitió escribir el libro Historia secretara del narco, Desde Navolato vengo el cual fue una investigación acerca del traficante y sus redes de socios en los negocios del narcotráfico, así como de sus protectores en el ámbito de la política y la seguridad pública.
La última vez que José Alfredo Andrade Borges fue visto en público fue en febrero de 1999 cuando viajó a la Ciudad de México a presentar su libro sobre Amado Carrillo Fuentes en la Feria Internacional del Libro.
De acuerdo con el relato de Anabel Hernández, el abogado arribó al sitio vestido de negro acompañado por un mariachi vestido de blanco que de fondo entonó la que aseguran era la canción favorita de El Señor de los Cielos: El Sinaloense.
Nada se volvió a saber sobre el paradero del abogado, pues testimonios recopilados por la reconocida periodista de investigación apuntaron a que su investigación hizo enojar a allegados de Amado Carrillo Fuentes, inclusive a la madre del capo.
El Sinaloense
“Desde Navolato vengo dicen que nací en el roble, me dicen que soy arriero porque les chiflo y se paran, si les aviento el sombrero ya verán como reparan, ay ay ay, ¡Ay mamá por Dios!, Por Dios que borracho vengo, que me sigan la tambora, que me toquen el ‘quelite’ pa’ que vean como me pinto”, se escucha en las primeras estrofas del popular tema.
Aunque la composición de la canción data a años antes de que Amado Carrillo Fuentes ocupara un puesto en la cúpula del narcotráfico en México, dicha canción ha sido interpretada por más de 20 artistas de regional mexicano, siendo Valentín Elizalde uno de los más reconocidos.
Del mismo modo, fuentes extraoficiales indican que el popular tema ha sido uno de los favoritos de algunos de los capos más poderosos de México y es que, desde Juan José Esparragoza Moreno -alias El Azul- y hasta Joaquín “El Chapo” Guzmán, el estado de Sinaloa ha sido cuna de algunos de los traficantes más famosos.
“Soy de mero Sinaloa, donde se rompen las olas. Me gusta que ande sola y que no tenga marido pa´no estar comprometido cuando resulte la bola. Ay, ay, ay, ay mamá por Dios”, refiere en una segunda parte el popular tema.
Contrario a lo que se pensaría, El Sinaloense no fue compuesta por un artista originario del estado que colinda con el Océano Pacífico; sino por Briseño Chávez, uno de los compositores de regional mexicano más reconocidos originario de San Luis Potosí.
De acuerdo con investigaciones de medios de comunicación locales, El Sinaloense fue presentado por primera vez por el Trío Tamaulipeco en un centro nocturno de Guadalajara, Jalisco en el año 1994 y a partir de ese momento se conviritió en uno de los temas más aclamados por el público que disfruta del género y como todo un himno para sus intérpretes.