Amedrentaciones, secuestro y amenazas: ésta es la triada de violencia que vivió María Teresa Montaño Delgado, una periodista con más de 25 años de experiencia que ha dedicado gran parte de su carrera en buscar, entre las líneas de documentos con lenguaje “imposible” los exceso, abusos y fraudes efectuados desde el poder público.
Recientemente su labor, junto con la de un consorcio formado por Forbidden Stories, llevó a la revelación de la firma de alrededor de 40 contratos públicos en el Estado de México por más de 5 mil millones de pesos con al menos 15 empresas fantasma entre los años 2018 y 2022.
Su investigación fue publicada por The Guardian apenas el 31 de mayo de este 2023, a solo cuatro días de que se lleven a cabo las elecciones en la entidad. El contenido del reportaje no solo liga al gobernador saliente, sino también a la hoy candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que aspira la victoria el próximo 4 de junio.
El secuestro express
La labor de María en el Edomex, como la de muchos periodistas en el resto del país, implicó poner en riesgo su vida, incluso Marcela Turati, colega de oficio y cofundadora del sitio de noticias de investigación Quinto Elemento Lab. llegó a declarar a The Guardian: “Es un milagro que María haya seguido informando”.
Y es que el 13 de agosto de 2021 —en medio de la hilación de pistas de contratos sospechosos firmados por un valor de 300 millones de dólares y ligados al Gobierno del Estado de México— María Teresa Montaño Delgado fue secuestrada.
De acuerdo con lo narrado por la comunicadora, ese día se había trasladado en su auto a un cita médica en Toluca: su coche se averió poco antes de llegar a la clínica, por lo que no tuvo más opción que aparcarlo y tomar un camión.
Su vista al médico terminó cuando ya empezaba a oscurecer, el aguacero que cayó ese día solo empeoro el escenario, justo a su salida de la clínica, un auto blaco se orilló, desde dentro del vehículo un hombre le hizo señas para que subiera, acto seguido se abrió la puerta del copiloto desde donde un hombre con arma de fuego en mano le apuntó mientras le decía “No grites y no morirás”.
De un momento a otro la mujer se vio al interior del auto, con los ojos cubiertos con el cubrebocas que llevaba puesto y la camisa arriba. Le preguntaron si era “la periodista”, al parecer ignoraron su respuesta negativa, pues posteriormente cuestionaron si su hijo estaba en casa.
Ellos no solo sabían quién era sino también en donde vivía y quiénes eran los integrantes de su familia. Fue así como se hizo evidente que la había investigado e iban por un objetivo claro.
Montaño narró (tanto para The Guardian como para medios locales en 2021) que antes de abandonarla con los ojos vendados en un terreno baldío a unos kilómetros de distancia saquearon su pequeña casa. El miedo y la angustia le impidieron notar en un primer momento que los asaltantes se habían llevado su teléfono, grabadora de voz, cámara, cuadernos y documentos de su investigación, pero no el televisor ni otros objetos de valor.
Para ella, este era el inicio de un mensaje claro, sin embargo, estaba decidida a continuar con la investigación. Fue así como, en colaboración con otros cinco periodistas, rastreo más de una decena de contratos ligados a organizaciones fachada.
Cabe señalar que, para 2021 ya había pasado casi un año de que Teresa había sido despedida del medio en el que laboraba en en el Edomex, según acusó en declaraciones, la decisión por parte de sus jefes habría sido resultado de “presiones” por parte del gobierno estatal liderado por Alfredo del Mazo Meza.