A más de tres años de la masacre de la familia LeBarón ocurrida en el norte de México, este lunes inició el juicio de uno de los presuntos implicados. Se trata de Fidencio “N”, alias El Janos, acusado por el delito de delincuencia organizada.
Se trata del primer juicio que se realiza por este caso, en el que perdieron la vida nueve personas (tres mujeres y seis menores de edad). La audiencia tuvo lugar en el penal de “El Altiplano”, ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México.
Shalom Tucker, Adrián LeBarón y Julián LeBarón -familiares de las víctimas- arribaron a las 8:00 horas a dicho penal e ingresaron por la entrada principal a los Juzgados Federales para estar presente en el juicio en el que se presentarán los alegatos iniciales. Indicaron que tienen confianza en el sistema judicial mexicano, por lo que pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador darle seguimiento al caso.
El abogado Víctor Zúñiga señaló ante medios locales que la defensa alegará que este múltiple homicidio fue un acto terrorista perpetrado por el grupo de La Línea. “Yo no puedo creer que estemos en esta audiencia”, comentó por su parte Adrián LeBarón, quien mencionó que “es un hecho histórico que puede marcar un precedente”. En ese sentido, también pidió al embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, estar al pendiente del juicio.
De esa manera, durante los próximos 12 días se desahogarán más de 50 pruebas con las que la Fiscalía buscará que El Janos reciba una sentencia de 27 años de prisión por los delitos de delincuencia organizada y posesión de cartuchos para armas de fuego.
Fidencio “N” fue una de las primeras personas detenidas por la masacre de la familia LeBarón y Langford, perpetrada el 4 de noviembre de 2019 en Bavispe, Sonora. Tres meses después, en febrero de 2020, El Jano fue vinculado a proceso y le dictaron prisión preventiva oficiosa, según reportes de la Fiscalía General de la República (FGR).
Además de Fidencio, Sergio “N” también fue procesado por delitos de delincuencia organizada, contra la salud y posesión de armas de fuego. Ambos sujetos fueron identificados como presuntos integrantes del grupo delictivo “La Línea”, el cual surgió como una facción del Cártel de Juárez.
La Línea opera en el estado fronterizo de Chihauhua, donde se disputa el control del territorio con otros cárteles mexicanos. Otros de sus miembros, identificados como Rodrigo “C” y Ricardo Alonso, alias Boby Larios, también han sido vinculados a proceso por estos hechos.
Hasta la fecha suman más de 30 personas involucradas en este múltiple homicidio, mismas que ya han sido detenidas por las autoridades. De acuerdo con el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, sólo faltaba cumplimentar la aprehensión de siete personas relacionadas al caso, dio a conocer en mayo del año pasado. La última persona en ser detenida fue José Osvaldo “N”, alias Coma Peter, dio a concoer el activista Adrián LeBarón el 21 de mayo.
Masacre de la familia LeBarón
El 4 de noviembre de 2019, hombres armados pertenecientes al grupo de La Línea participaron en una emboscada entre los estados de Sonora y Chihuahua. El ataque se realizó contra tres comionetas en las que viajaban tres mujeres y 14 menores de edad que habían partido de Galeana y se dirigían hacia Bavispe.
El activista y familiar de las víctimas, Julián LeBarón, tuvo conocimiento de lo ocurrido y dio aviso a la Guardia Nacional. Fue así como se desplegó un operativo de búsqueda encabezado por autoridades federales.
Posteriormente se dio a conocer que las personas que perdieron la vida eran Rhonita Maria Miller (30 años), Christina Marie Langford Johnson (29 años); Dawna Ray Langford (43 años); Howard Jacob (12 años); Trevor Harvey (11 años); Krsytal Bellanie (10 años); Rogan (2 años); Titus Alvin y Tiana Gricel (ambos de tan sólo ocho meses de edad).
Otras seis personas lograron sobrevivir -entre ellas una niña de ocho años-, pero resultaron lesionadas. Los vehículos en los que viajaban las víctimas fueron incinerados y en el lugar se hallaron más de 200 casquillos de calibre .223 y 7 milímetros.
Tres días después, el 7 de noviembre, se llevó a cabo el entierro de las mujeres y los infantes que fueron privados de la vida en el rancho La Morita, propiedad perteneciente a la familia LeBarón.