Cuatro personas llevan desaparecidas desde el pasado lunes 22 de mayo después de que se dirigían a trabajar a un call center en la colonia Jardines Vallarta de Zapopan, Jalisco.
Los jóvenes que integraban el grupo, conformado por tres hombres y una mujer, y entre los que se encontraban dos hermanos, procedían de varios puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara cuando se dirigían al número 158 de la calle Víctor Hugo.
Buscados por sus familiares, fueron identificados como Itzel Abigail Valladolid Hernández, Carlos David Valladolid Hernández, Arturo Robles Corona y Carlos Benjamín García Cuevas.
De acuerdo con las fichas de búsqueda emitidas por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, Itzel Abigail tiene 27 años, mide 1.56 y es de complexión robusta.
Como señar particulares se indicaron varias perforaciones en ambas orejas y nariz, así como los siguientes tatuajes en diferentes partes del cuerpo: un cactus en el brazo derecho, un colibríe en el antebrazo izquierdo y una flor de loto en la pierna izquierda.
En el caso de Carlos David Valladolis Hernández, de 23 años, se señaló que tiene una estatura de 1.80 y que su complexión es robusta. Como seña distintiva se señaló una cicatriz en el antebrazo derecho.
Por su parte, Arturo Robles Corona, de 30 años de edad, y 1.75 metros de estatura y complexión robusta, se informó su vestimenta: playera de manga corta, así como pantalón y tenis negros. En cuanto a las señas particulares se detalló que tiene perforaciones en ambos lóbulos y la nariz, así como tatuajes en ambas piernas.
Carlos Benjamín García Cuevas es el de mayor edad del grupo, con 31 años y 1.75 metros de estatura, y complexión atlética, vestía short y tenis tipo converse azul marino. También se indicó que tiene una cicatriz en la frente.
Crean base de datos independiente
El mes pasado, familiares de desaparecidos en Jalisco impulsaron una base de datos de fosas comunes con las pistas que han encontrado en cementerios para hallar a sus seres queridos y armar el rompecabezas del problema en el país, que suma más de 112 mil casos.
Acompañadas de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) del gobierno federal, familias de Jalisco, estado de México con la mayor cantidad de desapariciones, comenzaron a inespeccionar registros de inhumaciones en panteones para formar la base de datos del Módulo de Fosas Comunes.
Ahí han verificado las condiciones en las que entierran los cuerpos no identificados, y acceden a documentos de cada cementerio para rescatar fechas y lugares en los que hallaron un cadáver, en qué condiciones estaba, características y cuánto tiempo pasó en el Servicio Médico Forense (Semefo).
También han constatado las irregularidades en los procesos legales y forenses, dijo a la agencia EFE Guadalupe Ayala, miembro del colectivo de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco (Fundej).
Un ejemplo de ello es la visita al panteón del municipio de Ocotlán, donde vieron que restos de 47 personas están en un solo espacio y no hay documentos que ayuden a identificarlos.
“No hay custodia, solo son archivos de 47 personas que fueron inhumadas en las fosas comunes. Hay un registro, pero realmente no sabemos a quiénes pertenecen”, afirmó.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, Jalisco es el estado con más casos de desaparición forzada, con 15 mil 010 personas, seguido de Estado de México con 12 mil 682 y Tamaulipas con 12 mil 632.
El hallazgo de al menos 168 fosas clandestinas desde 2018, muchas de ellas con cuerpos fragmentados, aunado a la falta de personal forense especializado e infraestructura, complica la identificación y provoca que las familias esperen años para tener los restos de sus seres queridos.