La violencia en México no solamente ha dejado a víctimas mortales como periodistas, funcionarios del gobierno, activistas o defensores del medio ambiente, sino que también los sacerdotes y religiosos han sufrido una serie de agresiones armadas en las que han perdido la vida.
Desde que inició la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en diciembre de 2018, al menos ocho sacerdotes han sido asesinados a lo largo del país, en estados como Baja California, Chihuahua, Tamaulipas, Guanajuato y Morelos, donde se ha reportado la presencia de grupos criminales.
El caso más reciente fue el de Javier García Villalfaña, un párroco que fue localizado sin vida el lunes 22 de mayo al interior de un vehículo en el municipio de Huandacareo, Michoacán. El religioso fue agredido a balazos por sujetos desconocidos mientras circulaba por la carretera Cuitezo-Huandacareo.
Un mes antes, Villafalña había sido asignado a la parroquia de Capacho, ubicada en el municipio mencionado, según informó el Centro Católico Multimedial. Al igual que en otras ocasiones, hasta el momento este crimen sigue impune, pues no hay personas detenidas por su asesinato.
Un día antes de la muerte de Javier García Villalfaña, el sacerdote Faustino Armendáriz Jiménez -arzobispo del estado de Durango- fue agredido con un cuchillo en la catedral de la entidad al término de una misa. Aunque logró salir ileso, otros religiosos no han logrado sobrevivir a los ataques que han sufrido.
Sacerdotes asesinados en el gobierno de AMLO
El 22 de agosto de 2019, el sacerdote José Martín Guzmán Vega fue asesinado en el Ejido Santa Adelaida, ubicado en el municipio de Matamoros en Tamaulipas. De acuerdo con los reportes de la Procuraduría General de Justicia estatal, un individuo desconocido irrumpió en la parroquia Cristo Rey de la Paz y apuñaló al presbítero.
En aquella ocasión, la Diócesis de Matamoros condenó los hechos y exigió a las autoridades esclarecer los sucedido para hacer justicia. “Invitamos a todos a unirnos en oración para pedir a Dios por el eterno descanso del P. Martín”, se lee en un comunicado compartido por el Obispo Eugenio Lira Rugarcía.
Durante 2020 no se reportó ningún religioso asesinado, pero al año siguiente se contabilizaron tres. El padre Gumersindo Cortés González -miembro de la Diócesis de Celaya en Guanajuato- fue la primer víctima de 2021. Su cuerpo fue localizado sin vida el 28 de marzo y presentaba huellas de violencia, según la Fiscalía estatal. Desde la mañana del día anterior, el clérigo fue reportado como desaparecido.
Tres meses después, el 12 de junio de 2021, un misionero católico identificado como Juan Antonio Orozco Alvarado perdió la vida durante un fuego cruzado entre dos grupos criminales en los límites de Zacatecas y Durango. La víctima -de 33 años- pertenecía a la Provincia Franciscana de los Santos Francisco y Santiago en México. Se presume que el enfrentamiento habría sido entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El padre José Guadalupe Popoca Soto -párroco de San Nicolás de Bari, en Zacatepec, Morelos- fue asesinado a finales de agosto de 2021 cuando se encontraba en su habitación de la casa parroquial. Se determinó que su causa de muerte fue por una lesión provocada por un disparo de arma de fuego a la altura de la extremidad cefálica (zona cercana a la cabeza).
Su cuerpo fue localizado en la mañana del día siguiente por vecinos de la zona, pero su camioneta Jeep Patriot 2011 que solía conducir no fue encontrada en el lugar. De acuerdo con el titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, no tenían conocimiento de que el párroco Popoca Soto haya sido amenazado.
Tres sacerdotes asesinados en 2022
El 17 de mayo se registró el primer religioso asesinado de 2022. Se trataba del sacerdote José Guadalupe Rivas, quien había sido reportado como desaparecido tres días antes. Su cuerpo fue localizado en un rancho ubicado en Tecate, Baja California, junto a otro hombre que presentaba huellas de violencia.
Además de sus labores religiosas, Guadalipe Rivas era presidente de la Casa del Migrante. Al respecto, el alcalde de Tecate, Darío Benítez, indicó que en el lugar donde ocurrió su deceso no se encontraron casquillos percutidos, por lo que no se podía determina la causa de muerte.
Un mes despuñes, el 20 de junio, se reportó el caso más mediático del año. Y es que los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora fueron asesinados en un templo de la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique en Chihuahua. En aquella ocasión, sujetos armados perseguían a un guía de turistas -identificado como Pedro Eliodoro-, quien para resguardarse buscó ayuda en el centro religioso.
Sin embargo, tanto los sacerdotes como el guía turístico fueron atacados a balazos y sus cuerpos fueron sustraídos posterior a su ejecución. Los hechos llegaron hasta el portal de noticias del Vaticano, lo que generó la indignación de asociaciones civiles y religiosas.
Las autoridades identificaron al presunto responsable como Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, un líder criminal del grupo “Gente Nueva”, considerado como el brazo armado del Cártel de Sinaloa en Chihuahua. En marzo de este 2023 se dio a conocer que el cuerpo de dicho sujeto fue localizado sin vida en Choix, Sinaloa, luego de que se ofreciera una recompensa de 5 millones de pesos por información que llevara a su captura.
En todos los casos mencionados, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció por el asesinato de los religiosos, pues la mayoría de ellos siguen impunes.
“El asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora en la Sierra Tarahumara es un lamentable homicidio más que se suma a la larga lista del común de mártires inocentes que han perdido la vida en el territorio nacional, representando así un caso emblemático de la violencia y de la descomposición social en que vivimos”, indicó a principios de abril del año en curso.
Por ello, el Consejo Episcopal Mexicano Católico Romano ha hecho un llamado al gobierno de México para revisar las políticas de seguridad en el país, mientras que en 2021 Jesús Alfredo Gallegos Lara, un sacerdote de Michoacán conocido como Padre Pistolas, indicó que los feligreses deberían portar armas de fuego ante la inacción de las autoridades.