La figura de Pancho Villa es mayormente conocida en el mundo gracias a su liderazgo al frente del ejército rebelde de la División del Norte durante la Revolución Mexicana. No obstante, en medio de dicha faceta destinó un corto periodo de tiempo para desempeñar un cargo público. En ese sentido, uno de los pasajes poco conocidos de su historia consistió en ser gobernador de Chihuahua.
Meses después de la creación del ejército constitucionalista y la promulgación del Plan de Guadalupe por Venustiano Carranza para combatir al gobierno de Victoriano Huerta, Pancho Villa continuó con su campaña militar en el norte del país. Tras el éxito obtenido al mando del ejército rebelde, el diezmado ejército federalista decidió abandonar la ciudad de Chihuahua hacia Ojinaga para intentar contactar al entonces presidente.
Con la capital del estado sin oponentes, el ejército rebelde ingresó a Chihuahua el 8 de diciembre de 1913. Villa hizo lo propio durante el atardecer y se dirigió al Palacio de Gobierno en medio de los vítores de cientos de pobladores.
En el salón rojo del Palacio, Federico Moye, comerciante que se hizo cargo de la administración estatal para garantizar la transición del poder desde las manos del gobierno federalista a las del ejército rebelde, realizó la entrega del poder. En principio, Villa invitó a Silvestre Terrazas a ocupar el cargo pero se negó, aunque sí asumió la secretaría general de Gobierno.
Fue así que, gracias a la decisión tomada por los generales de la División del Norte y sin el visto bueno de Venustiano Carranza, de acuerdo con Paco Ignacio Taibo II en su libro Pancho Villa. Una biografía narrativa, Villa fue nombrado gobernador. En el decreto firmado se le permitió dejar un sustituto en caso de que fuera necesario ausentarse por situaciones de guerra.
La administración de Villa como gobernador de Chihuahua estuvo caracterizada por las decisiones acordes con su postura política en la época. Debido al rumbo que caminó como autoridad, algunos periódicos estadounidenses catalogaron su corto periodo en el poder como uno de carácter socialista.
Una de los primeros decretos que realizó, respaldó su rechazo por las bebidas alcohólicas. De acuerdo con Taibo, Villa estableció Ley Seca para sus tropas y amenazó con el fusilamiento a quien violara la determinación.
De igual forma, ordenó la expulsión de las personas de origen español de la entidad bajo el argumento de haber apoyado a Victoriano Huerta durante el episodio conocido como la Decena Trágica, donde fue derrocado Francisco I. Madero. La decisión fue enmarcada dentro de un decreto firmado por el “gobernador militar constitucionalista”.
Con dicha decisión, los bienes de las personas expulsadas pasaron a manos de gobierno en turno para su administración. No obstante, lo mismo sucedió el 12 de diciembre con un decreto por el cual se determinó la confiscación de los bienes en manos de la oligarquía del estado de Chihuahua.
Los individuos afectados fueron Terrazas (Luis) e hijos, hermanos Creel, hermanos Falomir, José María Sánchez, hermanos Cuilty, hermanos Luján, J. Francisco Molinar, así como su familiares y “cómplices”.
Al respecto, sus tropas fueron un elemento fundamental durante su administración. De inmediato, envió a los elementos de su ejército a trabajar para hacer funcionar los tranvías, así como los telégrafos, el suministro de agua potable, la planta de luz eléctrica y todos los terrenos y bienes confiscados en sus primeras horas del nuevo gobierno.
La administración de todas las propiedades resultó beneficiosa para sus tropas, sobre todo en el ámbito financiero. Las arcas de la División del Norte comenzaron a llenarse y los recursos fueron utilizados para comprar ropa, alimentos y municiones para continuar adelante con la campaña militar.
Parte de su atención se centró en la población. En las primeras horas de su cargo como gobernador tomó la decisión de enviar un tren con alimentos para beneficiar a personas asentadas en una zona alejada de la capital. De igual forma, los emitió una serie de decretos sobre los precios de la carne, el pan y la leche al disminuirlo a más de la mitad con la finalidad de que fueran accesibles para las personas.
En el ámbito económico, Villa buscó sanear la poca circulación de dinero con la creación del banco estatal y la autorización para imprimir dinero respaldado por su firma. La acción fue útil para reactivar mínimamente la actividad comercial en el estado y los billetes con su firma llegaron a ser reconocidas en comercios ubicados en El Paso, Texas.
Otra de las decisiones contempló la firma de un acuerdo con la empresa cinematográfica estadounidense Mutual para grabar algunos de los episodios de sus batallas. De hecho, el suceso fue consolidado al tiempo que su ejército sufrió un revés en Ojinaga.
Pancho Villa duró 30 días en el poder hasta que el 7 de enero de 1914 abandonó su cargo para continuar adelante con las campañas militares al frente del entonces ejército constitucionalista.