El pasado viernes 20 de mayo se dio a conocer que elementos de la Secretaría de Marina (Semar) ocuparon el tramo ferroviario de Coatzacoalcos-Medias de Aguas por la mañana, luego de un decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF). La noticia fue dada a conocer por Grupo México, dueños del tramo, empresa en la que Germán Larrea Mota Velasco, la segunda persona más rica del país, es accionista mayoritario.
Fue el mismo viernes que se hizo el decreto en el DOF, en el que se ordenó la ocupación temporal e inmediata del tramo ferroviario por parte del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, empresa de participación estatal mayoritaria.
Por medio de un comunicado, Grupo México dijo que “Personal armado de la Secretaría de Marina ocupó las instalaciones de Ferrosur S.A de C.V. en el tramo Coatzacoalcos-Medias Aguas desde las 6:00 am del día de hoy”.
Señaló que el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto por el que se ordenó la ocupación temporal e inmediata del tramo ferroviario por parte del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec S.A. de C.V., empresa de participación estatal mayoritaria.
Informó que “la sorpresiva e inusitada toma de las toma de las instalaciones por parte de las Fuerzas Armadas está siendo analizada por parte de Grupo México Transportes, sus inversionistas y asesores”.
Por último, indicó que la empresa continuará brindando el servicio a sus usuarios sin ninguna afectación de manera momentanea, solamente con la presencia de las Fuerzas Armadas y “se informará oportunamente sobre las acciones a seguir con base en sus obligaciones como empresa pública”.
La noticia sorprendió a muchos políticos y especialistas en el tema, y muchos de ellos, especialmente opositores a la actual administración, opinaron sobre el tema y dieron a conocer su postura. Algunos incluso calificaron el acto como una verdadera expropiación y señalaron que el presidente López Obrador estaba convirtiéndose en un verdadero dictador.
La noticia, además, sorprendió por el hecho de que, días atrás, el presidente López Obrador se había reunido con Germán Larrea, supuestamente para hablar sobre el tema de la compra del banco Banamex a Citigroup, y en su conferencia de prensa mañanera del pasado miércoles 17 de mayo, AMLO expresó que veía con buenos ojos que Grupo México comprara Banamex, aunque acetó que tenía algunas diferencias con Larrea.
“Sí, tenemos información de que van muy bien las negociaciones y que uno de los posibles compradores es el Grupo México. Y nosotros les hemos transmitido a los consejeros directivos de CitiBanamex que no hay de parte del Gobierno de México ninguna inconformidad”, señaló el mandatario.
“Vemos bien que se lleve a cabo la operación y, si van a ser los del Grupo México, no va a haber ningún problema, tenemos diferencias con ellos, pero ese es otro asunto, ese es otro cantar, en el caso de la venta y compra del banco no hay ningún problema”, sostuvo el presidente de México.
Sobre el tema, la senadora del Partido Acción Nacional (PAN) Lilly Téllez, dijo en su cuenta de Twitter que “AMLO expropia usando a los militares, por eso encubre la corrupción de sus mandos. Expropiar es robar y así empezo Venezuela”, señaló la diputada, y acompañó el mensaje con el comunicado de Grupo México.
Por su parte, el presidente de Acción Nacional, Marko Cortés, también opinó sobre el tema en su cuenta de Twitter, en donde puso que “La Marina tomó las instalaciones de Ferrosur. Esto es una pésima señal para el mundo, un duro golpe a la certidumbre, contra la inversión y el crecimiento económico”.
Además, dijo que el gobierno de López Obrador está convirtiendo a los militares “en los verdaderos operadores y beneficiarios de la voluntad y de los caprichos del presidente”.
La analista Irene Levy calificó de “tremendo” lo que pasó con la toma de Ferrosur. “Además de la afrenta ayer a la SCJN por López Obrador, hoy Sedena tomó instalaciones de Grupo México sin avisar y publicó decreto de ocupación temporal (sin plazo) de ciertas acciones... qué sigue?” (sic), posteó en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el periodista Salvador García Soto en su columna Serpientes y escaleras, también habló sobre el caso. En la columna titulada La expropiación de Ferrosur: ¿capricho, mensaje o decisión electoral?, García Soto señaló que lo único que hasta ahora lograba distinguir a López de los dictadores más cuestionados de América Latina, era que si bien, ya había mostrado que era autoritario y antidemocrático, hasta ahora había evitado la expropiación que, dijo, era una de las acciones más utilizadas por las dictaduras formales y medida básica de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez contra las empresas privadas.
También dijo que la expropiación del tramo ferroviario de Grupo México era un mensaje político a los empresarios, inversionistas y magnates del país, y ese era que “a partir de ahora, con o sin la ley y la Constitución, el Presidente hará lo que quiera y ya no hay “intocables” por el tamaño de su fortuna y sus empresas”.
Señaló que con esto queda claro que AMLO finalmente se está mostrando de cuerpo entero cómo un presidente autoritario con miras a dictador, que pretendería no reelegirse él mismo para seguir en el poder, sino más bien dejar a un “títere” en la presidencia para seguir él mandando.
Explicó que falta ver si la decisión de expropiar la tomó solo el presidente o dialogó directamente con Larrea en su reunión el pasado miércoles 17 de mayo en Palacio Nacional, pues de ser así, se entendería por qué la reacción tan mesurada de Grupo México y del empresario, en su comunicado en el que dieron a conocer la noticia. “Y tal vez, siendo suspicaces, habría que pensar que a cambio de que el presidente no cuestionara y avalara la compra de City Banamex por parte de Germán Larrea, el magnate de la minería y de otros grandes negocios, al que se ubica como el segundo hombre más rico del país, después de Slim, decidió permitir la “toma sorpresiva” de sus vías, y se limitara a invocar y usar las vías legales para impugnar el decreto expropiatorio”, señaló el periodista.