La repentina muerte de Antonio Vázquez Alba, mejor conocido como “El Brujo Mayor”, sorprendió a propios y extraños. Pese a su edad avanzada, el vidente y curandero no padecía de alguna enfermedad en particular que mermara su salud.
Las versiones preliminares señalan que “El Brujo Mayor” falleció durante la tarde de este jueves a causa de un paro respiratorio, pero ¿de que se trata este padecimiento, cuáles son sus síntomas, las causas y qué se tiene que hacer en caso de sufrir uno? Aquí te explicamos.
De acuerdo con Mayo Clinic, una organización médica sin fines de lucro, el paro respiratorio o paro cardiaco consiste en la interrupción súbita de toda la actividad del corazón debido a un ritmo cardíaco irregular. La respiración se detiene y la persona queda inconsciente.
Ante un caso de paro respiratorio o cardiaco, si no se trata de inmediato, puede llevar a la muerte de quien lo sufre.
Síntomas de un paro respiratorio
Los síntomas del paro respiratorio o cardíaco, según Mayo Clinic, son inmediatos y graves, e incluyen el colapso súbito, la falta de pulso, de respiración, pérdida del conocimiento.
A veces, se producen otros signos antes del paro cardíaco o respiratorio, como molestia en el pecho, falta de aire, debilidad, el corazón late rápido, con aleteo o fuertes palpitaciones.
Sin embargo, es importante mencionar que el paro respiratorio o cardíaco suele ocurrir sin previo aviso.
¿Qué hacer ante un paro respiratorio?
Ante un caso de paro respiratorio o cardíaco lo ideal es llamar al número de emergencias o a los servicios médicos de urgencias.
De acuerdo con Mayo Clinic, la presencia de algún especialista de salud es vital si una persona presenta dolor o molestia en el pecho, sensación de latidos fuertes, latidos cardíacos rápidos o irregulares, sibilancia sin causa aparente, falta de aire, desmayos o sensación de desmayo, así como sensación de desvanecimiento o mareos.
Si una persona está sufriendo un paro respiratorio o cardíaco se procede a realizar una reanimación cardiopulmonar, para esto se necesita presionar rápido y con fuerza el pecho de la persona, de 100 a 200 veces por minuto.
Posteriormente, se necesita aplicar la respiración boca a boca cada 30 compresiones.
Si se sabe dar respiración de boca a boca, solo se continúa con las compresiones en el pecho hasta que se consiga un desfibrilador externo automático o hasta que llegue el personal de urgencias.
En algunos lugares públicos donde hay desfibriladores externos automáticos portátiles como los aeropuertos y centros comerciales. También se puede comprar uno para la casa.
Cabe mencionar que los desfibriladores externos automáticos vienen con instrucciones de voz paso a paso para que puedas usarlos.
Causas y factores de riesgo del paro respiratorio
De acuerdo con Mayo Clinic, un cambio en la actividad eléctrica del corazón provoca un paro respiratorio cardíaco. Este cambio hace que el corazón deje de bombear sangre, por lo que no llega el flujo sanguíneo al cuerpo.
Algunas de las afecciones cardíacas que pueden provocar un paro respiratorio o cardíaco como las enfermedades de las arterias coronarias, agrandmaiento de corazón, enfermedad de las válvulas cardíacas, problemas cardiacos al nacer, así como el síndrome de QT largo.
Mientras que los factores que aumentan el riesgo de sufrir un paro respiratorio o cardíaco son los antecedentes familiares de enfermedad de las arterias coronarias, fumar, presión arterial alta, nivel alto de colesterol en la sangre, obesidad, diabetes, un estilo de vida sin actividad física.
Otros factores son: un episodio previo o antecedentes familiares de paro cardíaco o respiratorio, así como de otras formas de enfermedad cardíaca, envejecer, haber nacido hombre, consumir drogas ilícitas, como la cocaína o las anfetaminas, niveles bajos de potasio o magnesio, un trastorno del sueño llamado apnea obstructiva del sueño y una enfermedad renal crónica.
Tratamiento ante un paro respiratorio
Tras sufrir un paro respiratorio o cardíaco, en la sala de urgencias lo más probable es que se realice alguna cirugía para corregir el problema en el ritmo cardíaco, abrir una obstrucción o colocar un dispositivo para ayudar al corazón a funcionar mejor.
Se puede colocar un desfibrilador cardioversor implantable, que es similar a un marcapasos y se coloca debajo de la piel cerca de la clavícula, el cual controla continuamente el ritmo cardíaco. Si el dispositivo detecta latidos cardíacos irregulares, este envía descargas para restablecer el ritmo cardíaco.
Otra opción es la angioplastia coronaria, un tratamiento con el cual se abre las arterias obstruidas o bloqueadas del corazón. Para esto, el médico introduce un catéter delgado y flexible a través de un vaso sanguíneo, por lo general en la ingle, y lo guía hasta el área de la obstrucción, donde se infla un globo pequeño en la punta del catéter, lo que permite abrir la arteria y mejorar el flujo sanguíneo hacia el corazón.
También está la opción de una cirugía de baipás de la arteria coronaria, con la cual se crea una nueva vía para que la sangre fluya alrededor de una arteria obstruida y llegue al corazón. Esto hace que se restaure el flujo sanguíneo al corazón.
De igual forma está la cirugía cardíaca correctiva con la cual se puede hacer para corregir problemas cardíacos congénitos, una enfermedad de las válvulas cardíacas o el músculo del corazón afectado por la enfermedad.
Es posible que se usen medicamentos para ayudar a restaurar el ritmo cardíaco, los antiarrítmicos. Otros medicamentos que pueden usarse para tratar las causas de la muerte cardíaca repentina o que reducen su riesgo incluyen los betabloqueadores, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y bloqueadores de los canales de calcio.