Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), es el protagonista del nuevo escándalo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador luego que Mexicanos Contra la Corrupción (MCCI) diera a conocer que el general compró un departamento de lujo a la accionista de una empresa proveedora del Ejército.
Se trata de un inmueble ubicado en el fraccionamiento Bosque Real, en Huixquilucan, Estado de México, que adquirió por 9 millones de pesos a través de Alejandra Aguilar Solórzano, accionista de “Protective Materials Technology SA de CV”, una empresa que ha recibido cientos de millones de pesos en contratos gubernamentales de la Sedena.
Tuvieron que pasar tres días para que Luis Cresencio Sandoval saliera a responder sólo para decir que compró el departamento a través de un crédito, que no conocía a Aguilar Solórzano hasta la firma del contrato de compra del inmueble y que el costo fue bajo porque la propiedad estaba en obra negra.
Una de las peculiaridades de este caso es que el titular de la Sedena no ha incluido esta propiedad en la versión pública de sus declaraciones patrimoniales. Incluso, desde 2020 -justo el año que se hizo de este lujoso departamento-, el general ha preferido no hacer público el contenido de todos sus bienes inmuebles.
Sin embargo, el historial previo de las declaraciones patrimoniales de Luis Cresencio Sandoval muestra que tiene al menos otras dos propiedades.
Las casas del general
La última declaración patrimonial en la que Luis Cresencio Sandoval hizo público el contenido de sus bienes inmuebles fue la que presentó el 7 de mayo del 2019, unos meses después de ser nombrado titular de la Sedena.
En este documento, el general aseguró ser dueño de al menos dos propiedades.
La primera es una casa de 198 metros cuadrados de terreno y 179 metros cuadrados de construcción. Este inmueble fue adquirido a crédito el 2 de septiembre del 2002, cuando era Comandante del Sexto Regimiento de Caballería Motorizada de la Sedena.
Pasaron 13 años para que el general se hiciera de la segunda propiedad: otra casa mucho más grande que la anterior, de 480 metros cuadrados de terreno y 318 metros cuadrados de construcción. El inmueble fue adquirido a crédito el 9 de octubre del 2015, cuando era subjefe operativo del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
Esta segunda casa es incluso más grande que el departamento de lujo de 9 millones de pesos que Luis Cresencio Sandoval le compró a la accionista de una empresa proveedora del Ejército.
Sobre el costo de estas dos casas, el general prefirió ocultar su valor de adquisición. Incluso también se negó a hacer público el valor de los créditos hipotecarios con los que financió las propiedades.
Todo indica que estas casas siguen en manos de Luis Cresencio Sandoval o por lo menos no las ha vendido, ya que en las declaraciones patrimoniales posteriores al 2019 y hasta el 2022 el general no registró ganancias privadas por la venta de inmuebles.
Los carros del general
Un rubro que el general secretario no ocultó de la versión pública de su declaración patrimonial son sus automóviles.
Cuando se convirtió en titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval tenía tres vehículos cuyo valor en conjunto sumaban los 1.1 millones de pesos.
El vehículo más reciente lo adquirió en 2014, una camioneta GMC, modelo Terrain Denali, del año, con un valor de compra de 506 mil 900 pesos. Sin embargo, el automóvil fue vendido por 250 mil pesos, en 2021.
Cuatro años antes, el general se había hecho de otra camioneta, una Ford, modelo Escape, del año, con un precio de 357 mil 600 pesos. Este vehículo también fue vendido por el general por 140 mil pesos en 2020.
El único automóvil que conserva en la actualidad es un Mitsubishi, modelo Eclipse que compró en 2007 por 272 mil 85 pesos.
El general que desobedeció al presidente
La decisión de Luis Cresencio Sandoval de ocultar parte de su patrimonio en la versión pública de la declaración patrimonial es totalmente válida, sin embargo, como ha dicho el presidente, no es ilegal, es inmoral, más cuando contradice las órdenes justo del líder supremo de las Fuerzas Armadas.
“El que no presente su declaración patrimonial no puede trabajar en el gobierno […] no sólo presentarla formalmente, sino hacerlo público. El que no haga público, no puede trabajar en el gobierno”, dijo el presidente López Obrador en su conferencia mañanera del 29 de enero del 2019.
Un año después, el 7 de mayo del 2019, el general desobedeció al presidente y ocultó parte de su declaración patrimonial en la versión pública. Pese a los dichos del presidente, el general sigue en su cargo.