Luego de darse a conocer que Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, decretó este miércoles la disolución de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que no creía que hubiera inestabilidad política en el país sudamericano y deseó que lo ecuatorianos pudieran resolver la situación.
“No creo yo que haya inestabilidad, y además no lo deseo, ojalá los hermanos ecuatorianos puedan resolver esto así, con este procedimiento, si se va a convocar a nuecas elecciones, pues que participen todas las fuerzas políticas y no creo que haya violencia política, en el caso, vamos a andar pendientes, de que se den enfrentamiento, pues ya nuestra embajadora seguramente está atendiendo a nuestros paisanos en Ecuador”, dijo el presidente López Obrador.
AMLO dijo que Rauqel Serur, la embajadora de México en Ecuador, está pendiente de la situación y se le dará seguimiento al proceso.
Esto, luego de que se le preguntara al mandatario sobre la situación de los mexicanos que viven en ese país sudamericano.
Y es que este miércoles se dio a conocer que Guillermo Lasso decretó la disolución de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y solicitó la convocatoria de nuevas elecciones. Esta decisión, utilizando un mecanismo conocido como “muerte cruzada”, se produce en medio del juicio político iniciado en su contra por acusaciones de malversación de fondos públicos, algo que Lasso ha negado y calificado como una maniobra política para desbancarlo.
Cabe señalar que la llamada “muerte cruzada” permite al jefe del Estado disolver la Asamblea Nacional en caso de tres escenarios: si considera que los legisladores están obstaculizando su capacidad para gobernar, por grave crisis política y conmoción interna, y, cuando a su juicio, el poder legislativo se arrogue funciones que no le competen.
En el decreto ejecutivo 741, firmado por el mandatario, se hace mención a la crisis política que atraviesa el país, y además, Lasso acusa a la Asamblea de “un afán de desestabilización contrario a la obligación de colaboración y coordinación entre entidades públicas y poderes del Estado”.
Al recurrir a este mecanismo, el presidente también debe llamar a nuevas elecciones legislativas y presidenciales en seis meses, en las que se puede presentar nuevamente como candidato, pero en las que se arriesga a perder el poder por la vía del voto popular.
De ahí es de donde viene el nombre de “muerte cruzada”, pues tanto el presidente como la Asamblea Nacional pierden sus atribuciones.
En el anuncio, Lasso señaló que “esta es una decisión democrática, no solo porque es constitucional, sino porque le devuelve al pueblo ecuatoriano, a ustedes, el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones”. Esta es la primera ocasión en la que se aplica la “muerte cruzada” desde que fue introducida a la Constitución de Ecuador en 2008, bajo el gobierno de Rafael Correa.
Por lo pronto, Lasso permanecerá en su cargo, gobernando por decreto, mientras las autoridades electorales fijan la fecha para las nuevas elecciones. El Tribunal Electoral de Ecuador debe decidir las fechas de los nuevos comicios dentro de los siete días posteriores a la disolución de la Asamblea Nacional.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco), Nelson Proaño, explicó, por medio de un video, que junto a la Policía Nacional se mantendrán en su posición inalterable de absoluto respeto a la Constitución y las leyes. Además, agregó que la decisión de Lasso de disolver la Asamblea estaba consagrada en la Constitución.
La policía y miembros de las fuerzas militares redearon la Asamblea Nacional sin permitir el paso, y según explicó a la prensa local Fausto Salinas, comandante general de la Policía Nacional, el edificio principal y otras dependencias de la Asamblea Nacional se mantendrán bajo resguardo de ese cuerpo y de las fuerzas militares. Y es que algunos legisladores han dicho que cualquier disolución de la Asamblea sería inconstitucional y se negarían a cumplirlas.