El actor Dolph Lundgren, conocido por su papel como Iván Drago en la película Rocky IV, visitó México como invitado especial en La Mole Convention en el año 2020. Durante su encuentro con la prensa, Lundgren habló sobre su experiencia en el país, expresando su amor por la cultura y las personas de México.
“Es un placer para mí, es genial venir a México, disfrutar el clima, las personas y la cultura. Yo viví en España por diez años y extraño el país, la verdad esta visita me lo recordó”, contó.
Además, el actor habló sobre los cambios en la industria cinematográfica desde sus inicios hasta la actualidad, destacando la influencia de la tecnología y la comedia en el cine actual. Lundgren también reveló que próximamente dirigirá una película, aunque no dio detalles sobre el proyecto en cuestión.
“Las compañías son más grandes que antes y las decisiones se toman por veinte personas, en lugar de una. Además ahora todo se basa más en comedia y el más reciente cambio es que todo es más abierto y no hay tantos tabúes”
Finalmente, el actor agradeció a sus fans por su apoyo a lo largo de los años y se despidió expresando su felicidad por visitar México.
“Es realmente un placer para mí poder visitar México, muchas gracias”.
Dolph Lundgren reveló que lucha contra el cáncer desde 2015
El actor sueco, Dolph Lundgren, conocido por su papel en la saga de “Rocky” y “Los Mercenarios” ha confesado que ha estado luchando contra el cáncer desde 2015.
En una entrevista con el periodista Graham Bensinger, Lundgren reveló que se le diagnosticó un tumor maligno en el riñón hace seis años y que ha estado recibiendo tratamiento médico desde entonces.
Durante el proceso, los médicos le dijeron que le quedaban dos o tres años de vida, pero buscó una segunda opinión y recibió un tratamiento que redujo sus tumores en un 90% el año pasado.
El actor de 65 años afirmó que la enfermedad le ha dado una nueva perspectiva en la vida y le ha ayudado a enfrentar los demonios de su pasado y reparar relaciones con sus seres queridos.
La entrevista también abordó la relación de Lundgren con Sylvester Stallone, su compañero en la película “Rocky”. Lundgren habló de los altibajos de su relación con Stallone y cómo su enfermedad le ha dado una nueva oportunidad en la vida.
El programa también incluyó la participación de la hija de Lundgren, su prometida y la doctora que le ha tratado. Además, Lundgren y Bensinger visitaron la “meca del culturismo” en Venice Beach (California), donde se unió Arnold Schwarzenegger, amigo y compañero de entrenamiento de Lundgren desde hace mucho tiempo.
Dolph Lundgren se mantiene optimista en su lucha contra el cáncer
Dolph Lundgren, conocido por sus papeles en películas como Rocky y Los Mercenarios, anunció que lleva ocho años luchando contra el cáncer.
El actor sueco explicó en una entrevista en ‘In Depth With Graham Bensinger’ que descubrieron un tumor en su riñón en 2015, el cual resultó ser cancerígeno. Lundgren también sugirió que su uso de esteroides durante unos diez años en el pasado podría haber contribuido a su enfermedad.
El actor de 63 años se sometió a una operación para extraer el tumor y pasó cinco años haciéndose escáneres cada seis meses, luego cada año, sin complicaciones.
Sin embargo, en 2020, los médicos le informaron de que el cáncer había regresado con más fuerza. Lundgren señaló que el cirujano le dijo que el tumor era del tamaño de un limón pequeño y que no podían extraerlo.
Además, confesó que llegaron a darle entre dos y tres años de vida, pero se mantiene optimista y confiado. Los medicamentos han reducido el tamaño de los tumores alrededor del 90%, y actualmente se encuentra en el proceso de eliminar el tejido restante de esos tumores.
La prometida de Lundgren, Emma Krokdal, habló sobre la lucha del actor contra el cáncer. Explicó que el cáncer había penetrado en los pulmones y el hígado y había alcanzado el estómago, la columna vertebral y los riñones.
Lundgren experimentó dolor en la boca, las manos y los pies, y no podía comer nada caliente, frío ni picante. A pesar de todo, el actor señaló que ha tenido una vida “jodidamente buena” y que no se dejó amargar por la enfermedad.