México logró recuperar una valiosa pieza olmeca que estaba en Nueva York, Estados Unidos. Este vestigio de la cultura olmeca, con más de 2 mil años de antigüedad, estará en territorio mexicano el próximo 19 de mayo.
Este 11 de mayo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció que el Monumento 9 de Chalcatzingo, Morelos, mejor conocido como “Monstruo de la Tierra” regresará a su lugar de origen.
Este bien arqueológico estuvo fuera de México desde mediados del siglo XX cuando fue extraído por traficantes. Terminó en EEUU, país que desde abril de este año acordó devolverlo.
En su momento incluso el canciller Marcelo Ebrard lo calificó como “la pieza olmeca más buscada por México”. Y es que, acorde con el INAH, se trata de un vestigio que fabricado al menos 2 mil 500 años atrás, entre el siglo VIII y VI antes de Cristo.
El llamado “Monstruo de la Tierra” es una figura de gran formato de 1.8 metros de altura, 1.5 metros de ancho y peso aproximado de una tonelada.
Con base en registros sobre una pieza similar retratada en el archivo digital de las Colecciones del Museo Nacional de Antropología (INAH), se puede deducir que la abertura del centro es una representación de la boca, que está abierta como evocación a las cuevas y que las cuatro esquinas de la cruz emanan elementos vegetales, mientras que las cejas que enmarcan los ojos ovoides podrían ser una representación de llamas.
Será el 19 de mayo que la Fiscalía de Nueva York entregará formalmente el Monumento 9 de Chalcatzingo que actualmente está en Denver, Colorado. La pieza será exhibida cerca de un año en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos. Palacio de Cortés, en Cuernavaca.
Sin embargo, el museo no será el lugar donde quedará resguardado definitivamente sino la Zona Arqueológica de Chalcatzingo.
El “Monstruo de la Tierra” compartirá espacio con otra emblemática pieza olmeca: “El Rey”, nombre con el es que se conoce coloquialmente a “El Dador de Vida”. Se trata del Monumento 1 de Chalcatzingo.
La pieza emblema del sitio arqueológico fue descubierta en la década de 1930 debido a un fenómeno natural conocido como “culebra de agua”, una fuerte precipitación. Es una representación mítica del agua “con elementos naturalistas y geométricos que nos remiten a nubes, gotas de lluvia, vapor de agua o volutas de la palabra, junto con aves y plantas exóticas, que representan la cueva donde surge este personaje”, según información del INAH.
Los monumento 1 y 9 forman parte de una colección de más de 40 relieves de tipos principalmente: los esculpidos directamente en el Cerro de Chalcatzingo o en grandes peñascos y aquellos localizados en el pueblo, de acuerdo con la revista especializada Arqueología Mexicana.
En el mismo artículo se detalla que los monumentos de Chalcatzingo datan del Preclásico Medio, principalmente del periodo 700 a 500 antes de Cristo. Son las piezas talladas en piedra más antigüas del Altiplano Central.
La zona arqueológica de Chalcatzingo se ubica entre los cerros conocidos como Delgado y Ancho. Es reconocido por la presencia de rasgos iconográficos olmecas que dan cuenta del grado de avance sociopolítico, comercial, artístico y religioso de esta cultura.
Sin embargo, en la zona fueron encontrados vestigos previos incluso al auge de los olmecas. En el área se localizaron pinturas rupestres prehistóricas que datan de 3 mil antes de Cristo en las faldas de la montaña Delgado o Chacaltzingo.
A su riqueza arqueológica se suma su extraordinario entorno natural caracterizado por los cerros antes mencionados, que en la cosmovisión mesoamericana eran considerados sagrados.