El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) volvió a lanzarse contra organizaciones y personalidades de la rama ambientalista que han tachado a su administración por destruir el medio ambiente — reproches que se han intensificado por el avance de las obras del Tren Maya y la política energética.
Desde Palacio Nacional, el Jefe del Ejecutivo Mexicano acusó a las y los activistas de buscar beneficios económicos a través de sus protestas: “No tienen problema si se les da dinero”, comentó en su mañanera de este 9 de mayo argumentando, bajo ese tenor, que la supuesta inconformidad con su Gobierno es por negar dichas peticiones.
“No tienen problema si se les da dinero. Denuncian, se manifiestan y llegan a un arreglo. Y como nosotros no damos dinero, van a seguir, pero nosotros también, estamos acostumbrado a eso a no doblarnos, a no dejarnos chantajear”.
A ello, volvió a reprochar el silencio que presuntamente habrían guardado ante el desarrollo de otros proyectos en el sureste de la República Mexicana: “Han destruido hoteleros ríos subterráneos y cenotes. Nunca dijeron nada”, puntualizó.
En este sentido hizo énfasis en el caso Calica, una minera que operaba en Playa del Carmen, Yucatán y a la que se le ha atribuido diversas afectaciones ambientales en la zona. Al respecto detalló que ya hay un panel internacional que está decidiendo sobre el caso y detalló que su gobierno ha invitado a los integrantes de dicho tribunal a que visiten la zona para que comprueben la “devastación” generada por dicha empresa.
Tras acusar el amplio poder del que goza la subsidiaria de la minera Vulcan Materials Company, y señalar que la empresa no ha querido llegar a un arreglo, volvió a arremeter en contra de organizaciones ambientalistas como Greenpeace, cuestionando “en dónde estaban” durante este proceso.
“Ellos estaban dormidos cuando todo esto pasaba. Es hasta ahora, con el Tren Maya que llovieron los amparos y las denuncias”, atajó, asegurando que se ha cuidado a la naturaleza.
Protestas en contra del Tren Maya
La controvertida construcción de una de las megaobras insignia del presidente López Obrador, se ha visto frenada en diversas ocasiones debido a los amparos en su contra, asimismo más de una vez, organizaciones ambientalistas así como activistas se han manifestado en su contra debido al impacto ambiental que implicaría en la región.
A finales de marzo, poco más de 200 integrantes de ONGs como Sélvame del Tren, Voces Unidas Puerto Morelos, La Selva Salva, Selva Maya SOS, Puerto Morelos sustentable, El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Voto por el Clima, entre otras, protestaron por la destrucción de cenotes, manglares, arrecifes y la selva, con una cadena humana a lo largo de la avenida José María Morelos, Quintana Roo.
Un mes después, las protestas contra el Tren Maya llegaron a Palacio Nacional, luego de que se proyectara sobre su fachada la frase “Alto al tren ecocida, alto al tren etnocida este tren no es maya”.
Cabe señalar en relación a esta última frase, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) han acusado que la megaobra pone en riesgo a los pueblos indígenas de la región.