El 14 de abril la justicia estadounidense anunció una cacería en contra de Los Chapitos, la fracción del Cártel de Sinaloa (CDS) encabezada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, a quienes sumó cargos por tráfico de fentanilo y responsabilizó por las crecientes muertes en ese país relacionadas con el consumo del opioide.
Información de la acusación sellada presentada ante el Distrito Sur de Nueva York y consultada por Infobae señala que al menos en tres ocasiones, gente de Los Chapitos experimentó con sus rivales la fórmula de la fuerte droga para constatar cuántas dosis podían resistir antes de morir.
En las semanas posteriores surgieron versiones en el sentido de que Los Chapitos y su gente experimentan con drogadictos en las calles de ciudades fronterizas como Tijuana y Mexicali para saber cuál es la cantidad de fentanilo que puede soportar una persona antes de morir.
Mike Vigil, ex director de Operaciones Internacionales de la DEA, aseguró a Infobae que hasta ahora estas afirmaciones carecen de sustento, ya que a los cárteles de la droga lo que les interesa es vender y no hacer estudios clínicos sobre sus potenciales compradores.
“Ellos no lo han hecho ni lo van a hacer. A ellos no le importa qué tanta gente muere de sobredosis. En Estados Unidos han muerto como 70 mil personas de sobredosis, principalmente de fentanilo. A los cárteles no les importa tener un laboratorio de control de calidad del fentanilo, a ellos solo les importan las ganancias”, aseguró vía telefónica.
La crisis que detonaron Los Chapitos
Vigil añadió que los grupos criminales que se dedican a la venta ilegal del opioide lo que les interesa es producir más con menos y no cuál es la cantidad exacta para evitar que un consumidor muera.
“Está fuera de lo que yo considero lógico. Los cárteles producen, lo que les importa es vender más. Estas pastillas de fentanilo las hacen por unos centavos y en las calles de Estados Unidos las venden por un promedio de 10 dólares cada una, les interesa vender cantidad no experimentar con dosis en las calles”, reiteró.
De acuerdo con información de la propia DEA, la agencia antidrogas estadounidense, dos miligramos de fentanilo son suficientes para provocar una sobredosis de consecuencias fatales.
Los experimentos con rivales
La acusación sellada del Distrito Sur de Nueva York en contra de los hijos del Chapo Guzmán -Ovidio, Iván, Jesús Alfredo y Joaquín- señala que el grupo criminal tiene capacidad técnica para probar en sus laboratorios la pureza del fentanilo, pero esto, no ha impedido que algunos de sus sicarios hayan probado el opioide con integrantes de organizaciones rivales.
Un ejemplo es el de Néstor Isidro Pérez Salas -alias el Nini- y Humberto Figueroa Benítez -alias el 27-, a quienes los documentos señalan de haber usado dosis mortales de fentanilo en una mujer a la que les habían ordenado asesinar.
En lugar de asesinarla con un arma de fuego, prefirieron hacerlo con fuertes dosis de la droga que le inyectaron en repetidas ocasiones.
Los mismos documentos constatan que el mismo método fue usado por el Nini y el 27 en al menos tres ocasiones en rivales a los que mantenían atados en sus laboratorios. También revelaron que existe información de al menos tres cocineros que murieron en los narcolaboratorios de Los Chapitos mientras preparaban la droga.
Sin embargo, no señalan experimentos con adictos en las calles de ciudades fronterizas de México.
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