Andrés López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, está presuntamente involucrado en una red de tráfico de influencias en el gobierno federal, con la que él y sus amigos se habrían beneficiado con hasta 100 millones de pesos en contratos públicos, de acuerdo con un reportaje difundido este 2 de mayo por el periodista Carlos Lortet de Mola.
Aunque Andy es más discreto que su hermano José Ramón, el hijo mediano del presidente Andrés Manuel suele disfrutar de la compañía de sus amigos y suelen mostrarse juntos en fiestas, reuniones, comidas, eventos deportivos y vacaciones en el extranjero, señala el periodista yucateco.
El mismo Loret de Mola aseguró hace unos meses que el “testamento político” del que habló hace un año el presidente de la República hace referencia a “Andy”, a quien el tabasqueño ha designado como su heredero político y cobijarlo para una eventual candidatura presidencial en 2030, luego de claudia Sheinbaum. Aunque esta afirmación fue negada por el propio titular del Ejecutivo.
Sobre Andy, se sabe que es el más involucrado en la operación política dentro de Palacio Nacional, y de acuerdo con algunas versiones, por su escritorio pasan algunos de los nombramientos clave en la administración pública, uno de ellos fue el de Antonio Martínez Dagnino al frente del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El segundo hijo del matrimonio entre Rocío Beltrán y Andrés Manuel López Obrador suele estar más alejado de los reflectores y aparenta llevar una vida como cualquier ciudadano, pero “La diferencia es que los amigos de Andy se han vuelto privilegiados contratistas del gobierno de su papá, el presidente Andrés Manuel López Obrador: de entrada, se quedaron con un jugoso negocio por la cancelación del aeropuerto de Texcoco”, señaló Loret de Mola en su columna de este 3 de mayo.
Ante los señalamientos hacia los hijos mayores del presidente de llevar un estilo de vida poco “austero”, alejado de los principios de la Cuarta Transformación, el mandatario federal ha defendido que sus descendientes son empresarios, pues dirigen la compañía “Chocolates Rocío”, y en el caso de José Ramón, justificó sus hábitos en Estados Unidos tras contraer matrimonio con la venezolana Caroly Admas, porque “al parecer la señora tiene dinero”.
Los escándalos de los otros hijos de AMLO
En el caso de José Ramón, el hijo mayor, ha sido el protagonista del mayor número de escándalos en los últimos años. Hace un par de meses fue captado afuera de Palacio Nacional, junto a su familia, bajando de un par de camionetas de lujo para visitar al mandatario federal.
A su regreso a México, el mayor de los descendientes de la dinastía Obrador fue confrontado por un ciudadano que lo encontró comiendo en el restaurante “El Cardenal”, distinguido por ser uno de los preferidos de la clase política de nuestro país.
De acuerdo con una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en los años pasados José Ramón y su esposa Caroliyn Adams ocuparon una residencia en Houston, Texas, perteneciente a un contratista de Pemex en años pasados.
En Houston, José Ramón vivía rodeado de lujos, pues la casa estaba equipada con alberca y una sala de cine, además conducía una camioneta Mercedes Benz. También se le encontró en varias ocasiones en los estadios de béisbol disfrutando partidos de los Astros.
Gonzalo, el tercer hijo del político tabasqueño, se encuentra en San Francisco, California, donde trabaja para la organización de los Gigantes, equipo de grandes ligas.
Por último, el cuarto hijo de López Obrador, también ha dado muestras de un estilo de vida alejado de la austeridad, pues además de algunos viajes en primera clase a Inglaterra, donde fue recibido por la embajadora de México en ese país, ha sido visto con prendas de lujo, como tenis con un costo de unos cien mil pesos.