Francisco Oropesa Pérez-Torres, originario de México, protagonizó recientemente un indignante episodio de violencia que acabó con la vida de cinco personas hondureñas, incluido un niño de ocho años.
De acuerdo con el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), la noche del 28 de abril Oropesa estaba en el patio de su casa realizando disparos al aire con un rifle cuando Wilson García —su vecino— se acercó a pedirle que se detuviera, ya que su bebé no podía dormir debido al ruido.
Oropesa se mostró enfadado ante la petición y lanzó algunas amenazas como respuesta. La familia de García llamó a la policía al menos cinco veces, pero las autoridades no llegaron a tiempo al llamado.
Entre 10 y 20 minutos después, Oropesa tomó un fusil AR-15 y entró con violencia a la casa de Wilson García, en donde ejecutó al hijo de este, a su esposa y a tres personas más.
“Lo vimos, estaba saliendo de su propiedad y amartilló su arma”, comentó el hombre en una entrevista a CNN. Le recomendó a su esposa que se metiera al domicilio por la posibilidad de que Oropesa accionara su rifle, pero ella decidió permanecer en la entrada. “No creo que me dispare porque soy mujer”, dijo momentos antes de la masacre.
El FBI identificó a las víctimas como Sonia Guzmán —de 25 años, esposa de Wilson—, Diana Velázquez Alvarado, de 21 años; Juliza Molina Rivera, de 31 años; José Jonathan Casarez, de 18 años; y Daniel Enrique Laso, hijo de Wilson, de 8 años.
Dos de las personas asesinadas protegieron a dos menores de edad, también hijos de García, del ataque. Escondieron al bebé de un mes y a una pequeña de dos años en montañas de ropa para que Oropesa no les hiciera daño.
Cuando los agentes de la policía llegaron al lugar, Oropesa ya había escapado. Después de tres días de búsqueda, en la que han participado cerca de 200 elementos, el sujeto no ha sido localizado. En una conferencia ante la prensa, James Smith, agente especial a cargo de las oficinas del FBI en Houston, reconoció que “no tenemos ninguna pista sobre dónde puede estar”.
El FBI anunció una recompensa de 80 mil dólares a quien brinde información que ayude a capturarlo. El boletín advirtió que Oropesa debe ser considerado peligroso, pues podría estar armado.
Lo que se conoce de Francisco Oropesa
Durante el desarrollo de las investigaciones iniciales, el gabinete de Greg Abbott, gobernador de Texas, reveló que Oropesa se encontraba en Estados Unidos de manera ilegal.
Al hacer una revisión de su historial, las autoridades encontraron que Francisco Oropesa, de 38 años al momento de perpetrar el ataque, había sido deportado cuatro veces desde 2009.
Datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) revelaron que su primera expulsión de EEUU ocurrió en marzo de 2009 por orden de un juez. Fue deportado por segunda ocasión en septiembre de ese mismo año.
En enero de 2012 fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol, delito por el que fue sentenciado a prisión en el condado de Montgomery, Texas. Fue deportado después de eso y, finalmente, las autoridades lo expulsaron una cuarta ocasión en julio de 2016.
Según testimonios de quienes habitan el vecindario en donde Oropesa perpetró el ataque, este sujeto ya había mostrado un comportamiento errático mientras utilizaba armas de fuego en años anteriores. El testimonio de un vecino a medios reveló que, en una ocasión, Oropesa sacó un arma de calibre 9 mm. y disparó al suelo en medio de una fiesta por el enojo que le causó la petición de bajar el volumen de la música.