Cómo narcos de Sinaloa arrebataron a inmigrantes chinos el mercado ilegal de opio en México

La importación de la flor de amapola y sus derivados fue prohibida totalmente en 1926, lo que propició el inicio del narcotráfico en el país azteca

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Antes de que los cárteles de la droga se estructuraran como actualmente se conoce, el mercado ilegal del opio estuvo dominado por inmigrantes chinos (Infobae México / Jovany Pérez)
Antes de que los cárteles de la droga se estructuraran como actualmente se conoce, el mercado ilegal del opio estuvo dominado por inmigrantes chinos (Infobae México / Jovany Pérez)

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha calificado al fentanilo como la amenaza más mortífera y peligrosa que actualmente enfrenta el país de las barras y las estrellas. Aunque “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa fueron señalados como los responsables de desatar la crisis de salud pública que ha generado el potente opioide sintético, la historia del narcotráfico en México se remonta más allá del crimen organizado y los cárteles de la droga.

Fue en la época del porfiriato cuando ciudadanos chinos llegaron a tierra azteca para construir el ferrocarril y explotar las minas; aunque en un inicio se instalaron en el estado de Baja California tiempo después Sinaloa se volvió su hogar. Lo que nadie esperaba es que desde el continente asiático también llegaron las semillas de amapola, las cuales encontraron un lugar propicio para florecer en el llamado “Triángulo Dorado”.

Aunque en un inicio la producción de amapolas y opio era únicamente para el consumo de los ciudadanos chinos que residían en México, con el paso del tiempo y poco a poco el hábito se fue arraigando en la sociedad mexicana, situación que propició el surgimiento de un mercado que hasta antes de 1926 no estaba del todo regulado.

El mercado de opio de los chinos en México

Los chinos trajeron  México las semillas de amapola (AP Foto/Carlos Jasso, Archivo)
Los chinos trajeron México las semillas de amapola (AP Foto/Carlos Jasso, Archivo)

Aunque la producción y el consumo de opio en México ya se habían consolidado una industria prometedora, cuando su importación fue totalmente prohibida en 1926 los chinos -que producían para su consumo- ampliaron su capacidad productiva para satisfacer la demanda de farmacéuticos y de un mercado local pequeño pero creciente de consumidores mexicanos, según constatan archivos históricos recuperados en el libro Historia del Narcotráfico en México de Guillermo Valdés Castellanos, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

En 1930, el Quinto Censo de Población del estado de Sinaloa apuntó a que habían 2 mil 123 chinos habitando en la entidad y, aunque no todos consumían, de acuerdo con el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luis Astorga, su presencia tuvo como consecuencia la proliferación de los fumaderos de opio en las principales ciudades de Sonora, Baja California, Chihuahua, Tamaulipas y el entonces llamado Distrito Federal.

La goma de opio extraída de las flores de amapola y la heroína -su versión ya procesada- comenzaron a popularizarse en México por el consumo y producción de inmigrantes chinos 
(EFE/Lenin Ocampo/Archivo)
La goma de opio extraída de las flores de amapola y la heroína -su versión ya procesada- comenzaron a popularizarse en México por el consumo y producción de inmigrantes chinos (EFE/Lenin Ocampo/Archivo)

Ya para 1937 y de acuerdo con reportes de prensa local recopilados por Luis Astorga y plasmados en el libro Historia del Narcotráfico en México, datos del Departamento de Salubridad Pública en México apuntaban a que tan solo en el Distrito Federal había más de 10 mil consumidores de opio y que el kilo de heroína se cotizaba en poco más de 10 mil pesos.

Por su parte el periodista especializado em temas de narcotráfico Ioan Grillo señaló que Sinaloa contaba con las condiciones para convertirse en un centro del naciente narcotráfico mexicano a Estados Unidos ya que “era un estado sin mucho gobierno, existían los plantíos de amapola y marihuana en la sierra y un mercado ilegal a 360 millas al norte”.

De este modo y contando con los conocimientos, la materia prima y los contactos para traficar la droga, no fue difícil para los inmigrantes chinos convertir la amapola a dólares, consolidándose así como los dueños del mercado ilegal hasta la década de 1930.

La campaña de los sinaloenses para expulsar a los chinos

Contrabandistas mexicanos buscaron expulsar a los chinos de Sinaloa para apoderarse del mercado ilegal del opio 
(Secretaría de la Defensa Nacional)
Contrabandistas mexicanos buscaron expulsar a los chinos de Sinaloa para apoderarse del mercado ilegal del opio (Secretaría de la Defensa Nacional)

Investigaciones del periodista Ioan Grillo y reportes de prensa local consultados por Guillermo Valdés Castellanos constatan como en México durante los años 30′s se impulsó una campaña de antagonismo en contra de los ciudadanos chinos, a quienes acusaron de ser “inmorales e inmundos”.

No obstante, más allá de una cuestión racial o ideológica, los traficantes mexicanos buscaron impulsar una campaña para desprestigiar a los inmigrantes con el objetivo de apoderarse del millonario negocio del opio que comenzaba a crecer de forma exponencial.

De acuerdo con Ioan Grillo, en 1933 el cónsul americano en Ensenada , Baja California envió un reporte a Washington sobre el creciente ambiente antichino en el que destacó el nombre de un contrabandista mexicano que apellidado Segovia, quien financiaba grupos violentos antichinos en los estados de Sonora y Sinaloa. ¿El objetivo? apropiarse de la producción de opio de los asiáticos.

Entre aquellos que se sumaron a la campaña de desprestigio en contra de los productores de opio chinos también destaco el nombre de Manuel Lazcano, quien a lo largo de tres sexenios ocupó el puesto de Procurador de Justicia de Sinaloa. De acuerdo con su testimonio recopilado por Ioan Grillo, en aquella época una turba recorría las calles del estado cazando inmigrantes chinos.

“Una vez encontradas las víctimas los arrastraban hasta una cárcel clandestina en casas tapiadas y los mantenían prisioneros con piernas y brazos atados. Cuando ya tenían suficientes detenidos, los amontonaban en vagones de carga de ferrocarril y los mandaban fuera del estado. Entonces, los sinaloenses se apropiaban de las propiedades y casas de los chinos”, rememoró el ex Procurador de Justicia de Sinaloa.

Los sinaloenses se apoderaron de los sembradíos de amapola y marihuana de la Sierra Madre  (Foto: Captura de pantalla)
Los sinaloenses se apoderaron de los sembradíos de amapola y marihuana de la Sierra Madre (Foto: Captura de pantalla)

Lazcano describe ese periodo en la historia del narcotráfico en México como una “limpieza étnica de Sinaloa”, no obstante, aseguró que en otras partes del territorio capos de la droga no se tomaban la molestia de deportar a los inmigrantes chinos en vagones de carga, sino que simplemente los asesinaban a balazos.

Un claro ejemplo de ello fue un violento episodio que, de acuerdo con reportes de prensa recopilados por Guillermo Valdés, ocurrió en Ciudad Juárez, cuando un pistolero apodado “El Veracruz” acorraló y asesinó a 11 ciudadanos chinos que trabajaban en el tráfico de opio. Presuntamente, el crimen fue ordenado por una mujer originaria de Durango llamada Ignacia Jasso, alias “La Nacha”.

Con los chinos fuera del juego y con un dominio de conocimientos para la producción de amapola, opio y derivados -como la heroína- los mexicanos y en especial los sinaloenses comenzaron a dominar el tráfico de drogas desde su lugar de crecimiento en la Sierra Madre y hasta las ciudades fronterizas, marcando así el inicio del narcotráfico en México.

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