Recientemente se dio a conocer una propuesta presentada ante el Congreso capitalino que podría cambiar el nombre de una estación del Metro de la Ciudad de México. Se trata de la estación Indios Verdes. Esta propuesta fue presentada por la legisladora Adriana Espinosa de los Monteros, quien el pasado 19 de abril presentó la iniciativa con la cual buscará “recuperar el honor y la grandeza de nuestros pueblos originarios y acabar con la antinomia que el nombre ‘indio’ significa”.
“Aún es utilizada esta expresión (indio) con la intención de herir la susceptibilidad del receptor del mensaje al considerarlo inferior por ser pobre o por venir de algún pueblo originario”, señaló la militante del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Además, indicó que el punto de acuerdo aportaría a la reivindicación de los pueblos originarios, su cultura y descendientes “en aras de respeta el espíritu que posee la Constitución Política de la Ciudad de México”. Bajo este argumento, Espinosa de los Monteros extendió la propuesta de renombrar la estación y terminal de la Línea 3 del STC Metro como Emperadores Mexicas. Sin embargo, no especificó si dicho cambio también aplicaría para las estaciones del Metrobús (Línea 1 y 7) y el Cablebús (Línea 1).
Y es que un dato que pocas personas conocen, es que las estatuas de los Indios Verdes, que se encuentran muy cerca del metro que lleva este nombre, en la entrada del Parque del Mestizaje, representan a Itzcóatl y Ahuizótl, dos de los tlatoanis, o sea, gobernantes, más importantes de Tenochtitlan.
La historia de estas estatuas es muy extensa, y se remonta a finales del Siglo XIX, cuando fueron creados para ser llevados a Francia. El encargado de moldearlos fue el artista Alejandro Cesarín Salinas, con la finalidad de que formaran parte de la representación de México en la Exposición Universal de París, en 1889. Sin embargo, varias dificultades técnicas por su tamaño y peso fueron factores para decidir dejarlas en México para siempre. Desde entonces, los conocidos como Indios Verdes han formado parte del paisaje urbano de la capital mexicana, pasando por diversos lugares de la capital, por lo que también se les conoce como Los Indios Nómadas.
Lugares en los que han estado las esculturas
El primer lugar en el que se instalaron estas esculturas, fue en una de las arterias vehiculares más importantes y representativas de México: Paseo de la Reforma, avenida que fue creada por el emperador de México Maximiliano de Habsburgo. Fue en 1890 cuando fueron colocadas ambas estatuas en el entronque entre Reforma, Bucareli y Juárez, frente a la estatua de Carlos V, mejor conocida como El Caballito, que en ese entonces estaba ubicada ahí, pero que ahora se encuentra en la Plaza Manuel Tolsá, en la calle de Tacuba.
Sin embargo, el racismo que permeaba la sociedad porfiriana de ese momento, hizo que las estatuas fueran retiradas del lugar, pues no estaban lo suficientemente “afrancesadas” para el gusto de los paseantes. La prensa de aquella época, describió a las estatuas como “momias aztecas”, “ridículos y antiestéticos muñecotes” y “adefesios”.
En 1902 se quitaron de ahí, y fueron trasladados a la Calzada de la Viga. Poco a poco la zona se llenó de puestos ambulantes y fábricas, lo que hizo que perdieran el esplendor que tenían en la zona, por lo que para 1920 volvieron a ser removidos, esta vez, al final de la Avenida Insurgentes Norte, en lo que se conocía como la salida de la Carretera México-Nuevo Laredo, y lo que hoy es la México-Pachuca. En ese lugar permanecieron durante casi 60 años, hasta que en 1979 fueron removidos por la construcción de la línea tres del metro. Cuando concluyó la construcción del metro, volvieron a colocarse en donde estaban, pues eran muy representativos, tanto así que se decidió llamarle Indios Verdes a la estación cercana y llevar su imagen.
En 2005 volvieron a cambiar de residencia, y se ubicaron en donde hoy continúan: el parque El Mestizaje, de la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM).
Las imponentes estatuas, hoy están acompañadas por varias fuentes del acueducto de Guadalupe, además de otros monumentos y estatuas como la de Don Quijote y Sancho Panza, o como el Monumento a la Patria, el cual intenta ser un símbolo del histórico encuentro entre indígenas y españoles.