Con el paso de los años, la Ciudad de México se ha consolidado como un punto estratégico para diversas organizaciones criminales que buscan controlar las rutas más importantes y seguras del tráfico de drogas en el país, las cuales tienen como destino final diversas localidades de Estados Unidos.
De imponentes edificios y múltiples sitios de interés, la selva de cemento en la que se ha convertido la capital mexicana ha sido codiciada por algunos de los grupos delictivos más peligrosos y poderosos que han operado en el país azteca, tal y como en su momento fue el Cártel de los Beltrán Leyva.
En alianza con el Cártel de Sinaloa, los hermanos Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos buscaron socios que le permitieran coordinar sus actividades relacionadas al narcotráfico en la Ciudad de México, no obstante, el declive del cártel de los Beltrán Leyva y los grupos de narcomenudeo ya establecidos en la capital mexicana marcaron el inicio de una organización criminal que hasta la fecha es considerada como una de las más poderosas que opera en la demarcación: La Unión Tepito.
La caída del Cártel de los Beltrán Leyva
Entre rumores de traiciones que terminaron con el arresto de Alfredo Beltrán Leyva, alias El Mochomo, en 2008 y el asesinato de Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, la estrecha relación que el Cártel de Sinaloa mantenía con los Beltrán Leyva se rompió.
Con la guerra declarada a la organización fundada por Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, el Cártel de los Beltrán Leyva buscó asociarse con otras organizaciones —como Los Zetas— con la finalidad de combatir a su grupo rival y consolidarse en la cúpula del tráfico de drogas en México.
No obstante, dentro de la misma organización criminal los vínculos comenzaron a fracturarse, siendo Édgar Valdéz Villarreal, alias La Barbie, uno de los desertores del cártel que encabezó Arturo Beltrán Leyva, mejor conocido como El Barbas.
Asimismo, de acuerdo con información de la organización especializada en temas de narcotráfico InSight Crime, el Cártel de los Beltrán Leyva ya contaba con contactos en la Ciudad de México, una organización conocida como Cártel Tepito que colaboraba con los hermanos y el Cártel de Sinaloa en el tráfico de enervantes. No obstante, tras la ruptura de la también llamada “Federación” el Cártel Tepito comenzó a perder estatus, lo que propició la llegada de grupos rivales, uno de los cuales buscó encabezar el lugarteniente y desertor de los Beltrán Leyva, Édgar Valdéz Villarreal.
Las fracturas de la organización criminal con sus socios se dieron en el marco de la llamada “Guerra contra el Narco” que el expresidente Felipe Calderón impulsó como estrategia de seguridad en México, de modo que los hermanos Beltrán Leyva figuraban como objetivos prioritarios de las autoridades mexicanas.
El origen de la Unión Tepito
Diversas investigaciones realizadas por el periodista Antonio Nieto y recopiladas en su libro El Cártel Chilango. Origen, poder y saña de la Unión Tepito, dan cuenta de que tras la salida de “La Barbie” del Cártel de los Beltrán Leyva, un socio de El Barbas, identificado como Juan Juárez Orozco, lo incitó a no permitir la intromisión de La Barbie en la Ciudad de México.
Y es que, por los rincones del Barrio Bravo comenzó a rumorearse que el ex lugarteniente de los Beltrán Leyva estaba buscando asegurar su dominio en la capital mexicana al haber identificado un mercado de consumidores en potencia, además del acceso al principal aeropuerto del país para el tráfico de drogas a Estados Unidos.
De acuerdo con el relato periodístico de Antonio Nieto, Édgar Valdéz Villarreal se enteró de las intenciones que Juan Juárez Orozco —conocido también como El Abuelo— tenía de frustrar sus planes por lo que se adelantó a congregar un pacto con líderes del narcomenudeo locales que operaban en Tepito.
Los socios de La Barbie también se hicieron llamar La Unión y de ese modo, refirió Antonio Nieto, ocurrió un fenómeno inédito en la historia del narco en México: dos grupos criminales tenían el mismo nombre, los aliados a Arturo Beltrán Leyva y su organización y los socios de Édgar Valdéz Villarreal.
En 2009 el Barbas o el Jefe de Jefes fue abatido por elementos de la Secretaría de Marina tras un intenso operativo desplegado en un lujoso barrio de Cuernavaca, mientras que La Barbie fue arrestado en 2010.
Aunque el líder y el lugarteniente del Cártel de los Beltrán Leyva salieron del negocio, sus socios se encargaron de afianzar una organización criminal que desde el corazón de la capital mexicana se estableció como el principal grupo delictivo en coordinar el tráfico de drogas, extorsiones y múltiples actividades delictivas que han dejando a su paso una ola de violencia que prevalece hasta la actualidad en la zona centro del país.