Tras cuatro años de espera, el Gobierno Federal logró concretar la venta del Avión Presidencial TP-01 “José María Morelos y Pavón”, el Boeing 787-8 de lujo que fue adquirido en noviembre de 2012 por Felipe Calderón a través del Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras).
Según informaron Andrés Manuel López Obrador y Jorge Mendoza Sánchez, director actual de Banobras, el avión fue comprado el 20 de abril por el Gobierno de Tayikistán, el cual tiene diez días a partir de la transacción para llevarse el vehículo a su territorio en Asia Central.
El controvertido aeroplano fue comprado por dicho país por una suma de mil 658 millones 684 mil 400 pesos (aproximadamente 92 millones de dólares) que fueron depositados directamente a la cuenta del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep).
La suma que pagó el Gobierno de Tayikistán cumple con las estimaciones realizadas por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), según la administración federal.
¿Cómo se usará el dinero?
Acorde con las declaraciones de Mendoza Sánchez, esta venta representaría un beneficio para México no sólo por la entrada de capital, sino porque le ayudaría a la actual administración a generar un ahorro y poner en marcha algunos proyectos en materia de salud.
Para explicarlo, es necesario entender que el dinero recibido por el Avión Presidencial le corresponde a Banobras. Con este monto, el Gobierno Federal liquidó un pago que tenía pendiente de 332 millones de pesos (mdp) a dicha institución por concepto de arrendamiento.
Banobras, por su parte, le regresará “todos los recursos” a la Tesorería de la Federación para que sean invertidos en proyectos del sector salud, concretamente en la construcción de dos hospitales: uno Tlapa, Guerrero y otro en Tuxtepec, Oaxaca.
López Obrador sostuvo que los nosocomios se edificarán en dichas zonas por ser de las más pobres del país. Cada unidad médica contará con 80 camas y ambas serán construidas por ingenieros militares. El mandatario se comprometió a inaugurar estos hospitales antes de concluir su gobierno.
El tropezado historial del Avión Presidencial
La compra de esta aeronave por el saliente gobierno de Calderón Hinojosa se realizó con el argumento de renovar la flota aérea y ofrecerle a los funcionarios federales de primer nivel una mayor seguridad, luego de la muerte del secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, por el desplome de su helicóptero.
Sin embargo, la adquisición del “José María Morelos y Pavón” fue vista por una gran parte de la población como un “regalo” para Enrique Peña Nieto, pues se aprobó cuando el priista ya era presidente electo.
El costo en aquel entonces del Avión Presidencial fue de 114,6 millones de dólares y, aunque el pago se concretó en 2012, la aeronave llegó a México hasta 2016.
Una de las principales promesas de campaña de AMLO antes de su llegada a la Presidencia había sido, precisamente, deshacerse de este avión por el alto costo de mantenimiento que representaba para el país.
En diciembre de 2018, el Avión Presidencial despegó con destino a California, en donde se tenía contemplado materializar su venta. No obstante, ninguna de las personas interesadas en comprarlo se decidió a hacerlo, por lo que el TP-01 regresó a suelo mexicano.
En 2020, AMLO planteó que el lujoso Boeing 787-8 fuera entregado como premio en una rifa de la Lotería Nacional, pero la propuesta fue retirada debido a las complicaciones que su entrega implicaría.
Al no encontrar ningún cliente, se tenía previsto que fuera rentado para eventos privados e incluso se anunció que sería entregado a la empresa de las Fuerzas Armadas encargada del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Fue hasta marzo de 2023 que el calvario llegó a su recta final, pues el director de Banobras anunció que había dos potenciales compradores y, semanas más tarde, el trato fue cerrado.