Aunque durante décadas los corridos se han consolidado como uno de los subgéneros del regional mexicano más aclamados por el público en México y Estados Unidos, la fusión que ha tenido con géneros como el trap ha catapultado a los llamados “corridos tumbados” a la cúpula de las listas musicales de popularidad más reconocidas a nivel mundial.
Y es que, la innovadora propuesta musical que exponentes como Natanael Cano, Junior H o Peso Pluma han impulsado dentro del regional mexicano ha acumulado una gran cantidad de seguidores ya no solo a lo largo y ancho de la República Mexicana sino también el país de las barras y las estrellas y Latinoamérica.
Pese al éxito que los corridos tumbados han adquirido a nivel internacional, algunos de sus intérpretes han sido severamente criticados por autoridades y la opinión pública por supuestamente realizar una “apología al narcotráfico” a través de sus líricas, tal y como sucedió recientemente con un controversial tema que estrenaron en colaboración Peso Pluma y Junior H.
Las referencias al Cártel de Sinaloa
Las primeras notas de una guitarra acústica acompañada de trompetas características del regional mexicano marcan el inicio del tema El Azul, el cual estrenaron en colaboración Junior H y Peso Pluma, dos de los exponentes de corridos tumbados más populares en México.
Aunque la composición pudo haber abordado temas de desamor o romance como en otras de sus canciones ha sucedido, en esta ocasión ambos jóvenes optaron por abanderar su canción con el ya llamado “movimiento bélico” en México, el cual -como producto cultural- hace referencia al estilo de vida que miembros del crimen organizado han adoptado.
“Qué detallazo pa’ mensajear con la muerte, una con siete chinos que de retrato trae al señor de la montaña, de los drones y demás”, se escucha en la primera estrofa del controversial tema.
En los siguientes versos, la letra de El Azul hace referencia a armas de fuego a las cuales metafóricamente llama “cuernos del diablo”, además de que elogia las habilidades con las que cuentan para “traficar polvo” y la protección de Dios y Elegua, una deidad popular dentro de la creencia conocida como santería.
“En la sangre traigo el 701, melena de león pues vengo de uno. Siempre amafiado, pues no somos cul*s” es el coro del tema de Junior H y Peso Pluma que ha comenzado a resonar por cada rincón de México.
Por inocente que parezca, es precisamente esa parte de la canción la que hace referencia a la cifra que se convirtió en la insignia de Joaquín “El Chapo” Guzmán luego de que en 2009 el cofundador del Cártel de Sinaloa apareciera en el puesto número 701 de los hombres más ricos del mundo de la revista Forbes.
“Bajo perfil el chavalón y se le extraña, aunque se fue nunca se le olvida. Bélicos ya somos, bélicos morimos”, continúa el narcocorrido que elogia el legado del capo que actualmente cumple una sentencia de cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
Además de un Rolls-Royce azul, y la ambición por el dinero, el controversial tema también hace mención al apellido “Ruíz” y a un “ángel azul”, no obstante, ni Peso Pluma ni Junior H han hecho declaraciones sobre a quién se refieren en dichos versos.
“A un Ruíz, el que nunca se olvida. Bélicos somos, bélicos morimos. Y con el corridón del ángel azul, le pido perdón a mi Dios por los pecados pero así es esto”, se escucha al final del narcocorrido.
De forma extraoficial se ha especulado que el tema podría también estar dedicado también a Juan José Esparragoza Moreno, uno de los primeros líderes del Cártel de Sinaloa cuyo alias era El Azul, no obstante, dicha versión no ha sido confirmada.