Luis Miguel y otros famosos mexicanos que practican el ayuno intermitente con radicales cambios físicos

Aunque en los años 2000 las siluetas esbeltas y la delgadez extrema era casi un requisito para cumplir los estándares de belleza que se demandaban dentro de la sociedad, los trastornos de conducta alimentaria (TCA) provocaron un gran debate en la comunidad médica y científica a nivel internacional, erradicando de forma paulatina, aunque no en su totalidad, dicha “moda mortal”.

A más de 20 años, la búsqueda de dicha apariencia física se ha convertido en una tendencia que celebridades de todo el mundo han retomado de nuevo, sin embargo, mexicanos y latinos no se han quedado atrás, sumándose a los populares ayunos intermitentes, una dieta que propone ingerir alimentos durante un corto período de tiempo y ayunar entre 16 y 18 horas diarias.

Respuesta a la drástica pérdida de peso de Luis Miguel, quien en cada encuentro indirecto con la presa durante sus últimas vistas públicas a lado de quien fuera su comadre y actualmente pareja, Paloma Cuevas, ha alarmado por haberse sumado a dicha tendencia, aunque no es el único.

La más reciente visita de La Chica Dorada a México no sólo trajo consigo impactantes revelaciones, como querer hacer una gira musical a lado de Thalía, sino también la confesión de que práctica la polémica dieta y que gracias a ello se ha mantenido en bajo peso a sus 51 años de edad.

“Yo hago fasting; ayuno 16 horas por ocho, es buenísimo. Yo puedo comer a las 2 de la tarde una res, pero antes de eso solo juguito y así cuidas tu cuerpo antes de entrarle duro a la garnacha. Puedo hacer algo que nada más hable de los buenos tips para sentirte y estar bien. Hay que tratar de portarnos bien, aunque no todos los días. Al final los buenos hábitos a largo plazo se notan”, expresó la cantante en el matutino de Televisa, Hoy.

La actriz que cobrara fama juvenil por participar en la telenovela Rebelde (2004) y después ser parte del talento estelar de Televisa ha sido otra de las mexicanas que han confesado públicamente someterse a los ayunos intermitentes. En julio del 2020, la también modelo habló de ello luego de que su entonces novio, Danilo Carrera, asegurara que la actriz había subido de peso por falta de ejercicio durante la pandemia por COVID-19.

“A mí me han funcionado los ayunos intermitentes. En 16 horas no comes, entonces ceno rico y ahorita no he desayunado ni nada y no tengo hambre. Mi cuerpo se pone a desechar todo lo que no necesita”, mencionó en el programa D Generaciones de Unicable.

El Sol de México ha sido otra de las celebridades que más han detonado el debate sobre el tema dentro del país, pues debido a que ya ha prevenido su regreso a los escenarios musicales más importantes de la CDMX y el resto de la nación, la mirada pública ha estado al pendiente de todo lo que hace, incluyendo el hecho de cómo luce.

El cantante logró bajar más de 20 kilos con un régimen alimentario de ayuno intermitente, una técnica que le dio resultados pero que no recomienda para cualquier persona: “La gente no sabe hasta qué punto la obesidad es una enfermedad. Es inquietante dar esa información y la gente no lo sabe. Hice ayunos intermitentes de 36 horas; esto me funcionó a mí pero no es recomendable para todo el mundo”, aseguró al programa televisivo El Hormiguero de España.

“Este tipo de dietas tienen apellido: hiperproteicas. Su base es el consumo de proteínas en abundancia, similar a los regímenes alimenticios que se conocían hace años. Este tipo de dietas no promueven buenos hábitos de alimentación, el objetivo a largo plazo, porque no se llevan por periodos prolongados. Pueden propiciar la pérdida de peso pero no se pierde grasa, sino líquidos, masa muscular o tejido magro”, advirtió Raquel Valenzuela Argüelles, nutrióloga de la Dirección General del Deporte Universitario, para la gaceta oficial de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por su parte, el Instituto Politécnico Nacional también retomó el tema en su gaceta oficial: “Excluir de estas dietas el consumo de alimentos y prolongarlas sin necesidad puede tener un impacto negativo para la salud, como el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y arritmias, así como aumento de la presión arterial a largo plazo. Además provoca que desciendan los niveles de nutrientes esenciales como las vitaminas B7, D y E, el cromo y yodo, que puede ocasionar problemas como la caída del cabello o la pérdida de memoria y alteraciones del sueño, entre otros”, explicó Eliud Salvador Aguilar Barrera, nutriólogo del CICS Milpa Alta, en la entrevista.