El Departamento de Justicia estadounidense anunció este viernes 14 de abril nuevos cargos federales contra más de una veintena de miembros del Cártel de Sinaloa, entre ellos los cuatro hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán que son conocidos como “Los Chapitos”, por tráfico de fentanilo y otras drogas.
En un claro mensaje a los hijos del Chapo, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) afirmó que no se detendrá ante nada ni nadie para proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos y la salud del pueblo norteamericano.
“Esta acusación es otro ejemplo de cómo esta administración está enfrentándose a los cárteles y sus redes criminales transnacionales, y enviando un mensaje claro de que vamos hacer que rindan cuentas”, declaró el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas.
El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, destacó que las acciones van dirigidas a “la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo”, liderada por el también llamado Cártel del Pacífico y “alimentada por compañías farmacéuticas chinas”.
Las autoridades estadounidenses le achacan a Iván Guzmán Salazar, Alfredo, Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, la muerte de cientos de miles de estadounidenses y piden contra ellos cadena perpetua no revisable. Incluso aumentaron las recompensas por Iván, Alfredo y Ovidio, de 5 a 10 millones de dólares.
Según las autoridades estadounidenses, el cártel de “Los Chapitos” está liderado por Iván Guzmán, de 40 años de edad, quien es el principal encargado de “comandar a los sicarios que perpetran actos de violencia para proteger y promover las operaciones de la organización criminal”.
El Departamento de Justicia incluso citó una supuesta declaración que habría recogido de las propias palabras de Iván sobre inundar los Estados Unidos con fentanilo para abastecer las “calles llenas de drogadictos”.
Para formalizar la acusación, la DEA se sustentó en investigaciones del último año y en las cuales, según la agencia, “se infiltró proactivamente en el Cártel de Sinaloa y la red de los Chapitos, obteniendo un acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización”, detalló la directora de la DEA, Anne Milgram.
Los cargos en los distritos federales del Sur de Nueva York, el Norte de Illinois y el Distrito de Columbia son contra cerca de una treintena de personas, incluidos los cuatro hijos de “El Chapo, así como suministradores de precursores químicos, gestores de laboratorio y de producción, traficantes de armas o aquellos que les ayudaron a blanquear dinero para financiar sus operaciones
Los cargos incluyen acusaciones por armas y blanqueo de dinero.
De acuerdo el comunicado, hay siete acusados bajo custodia y en espera de ser extraditados, además de Ovidio Guzmán López: Carlos Omar Félix Gutiérrez; Silvano Francisco Mariano, alias “Rayo” (detenidos en Colombia); Sergio Duarte Frías, Ana Gabriela Rubio Zea, Humberto Beltrán Cuen, alias “Don Chino” (detenidos en Guatemala); y Anastacio Soto Vega, alias “Tachin”, detenido en Grecia. También figura Julio Marín González, quien fue detenido anteriormente en Estados Unidos y comparecerá ante la juez de distrito Katherine Polk Failla.
Experimentos inhumanos con fentanilo
Según los fiscales estadounidenses, antes de enviar la droga a sus clientes, los miembros del Cártel de Sinaloa hicieron experimentos crueles e inhumanos con otras personas.
“Dos de los acusados probaron la potencia del fentanilo del cártel en personas que estaban atadas”, aseguró Merrick Garland. “En otro caso, esos acusados experimentaron con una mujer a la que se les había ordenado disparar. En lugar de eso, la inyectaron repetidamente con fentanilo hasta que sufrió una sobredosis y murió”, amplió.
Los sicarios del cártel, dijo Garland, también “alimentaron con algunas de sus víctimas vivas y muertas a dos tigres pertenecientes a los Chapitos”
El Cártel de Sinaloa, según Washington, es el cartel narcotraficante “más poderoso del mundo” y responsable en gran parte de la producción y manufactura de fentanilo para su distribución en Estados Unidos, donde esa droga, considerada 50 veces más potente que la heroína, es “la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años”.
El anuncio tiene lugar un día después de que los gobiernos de México y Estados Unidos acordaran en una reunión conjunta en Washington reforzar los trabajos para desmantelar a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como el tráfico ilegal de fentanilo y armas de fuego en ambos lados de la frontera.