En vísperas de la preparación de su regreso al cuadrilátero, Julio César Chávez Jr. ha brindado detalles acerca de la rehabilitación que atravesó desde febrero de 2022. Al respecto, contó cómo fue la experiencia de haber vivido por cerca de un año en el mismo anexo que llegó a pisar su padre para recuperarse cuando sufrió el mismo problema en su carrera profesional.
Durante una entrevista con el medio ZMG Sports, Julio César Chávez Carrasco relató cuál fue el proceso mental y emocional que experimentó mientras estuvo al interior del centro de rehabilitación. No obstante, también brindó detalles acerca de las incomodidades con las que se vio obligado a batallar durante el año más reciente.
“No fue grato estar en un lugar un año sin estar tranquilo. Estar durmiendo en el piso, peleando con todo el mundo, haciendo del baño juntos, pero de todo se tiene que aprender. En un momento dije ‘¡qué coraje!’, cuando salga voy a ser peor, pero no. Soy de las personas que intenta agarrar las cosas para algo bien. Que me sirva para tener más hambre”, expresó.
Cabe mencionar que el trastorno de Julio no era con sustancias como la cocaína, marihuana o el alcohol. De acuerdo con la declaración de su padre, en una entrevista con el periodista de espectáculos, Gustavo Adolfo Infante, el conflicto del Junior tuvo su origen en el consumo de un medicamento que le ayudaba a perder peso con facilidad. Al resepecto, Chávez Carrasco dijo:
“El boxeador siempre ha tenido un trauma para bajar de peso, entonces me ayudaba mucho en un principio de estos medicamentos. Después se convirtió en un problema porque, como la cerveza, al principio te quita lo tímido y después te gusta y te afecta”, declaró.
En otra parte de su testimonio reconoció que, desde su experiencia, la gravedad de su problema no era equiparable con el padecimiento de otras personas con las que se relacionó. Pese a ello, el desbalance de haber consumido dichos medicamentos le trajo consecuencias a su trayectoria deportiva como boxeador, pues “yo ya no estaba haciéndolo muy bien. Estaba perdiendo mis orígenes de cuando empecé”, recordó.
Fue en marzo de 2022 cuando Julio César Chávez reportó que su hijo había sido internado en un centro de rehabilitación. El objetivo de su acción fue desmentir los rumores acerca del presunto secuestro de Chávez Carrasco, así como para informar sobre el problema de salud que atravesó en ese momento.
Desde entonces, el primogénito del Gran Campeón Mexicano permaneció internado por cerca de un año hasta que fue dado de alta en el mes de febrero. Pese a ello, en los últimos meses de su rehabilitación demostró su recuperación a través de videos donde se le observó entrenando antes de abandonar el centro.
“Pensé que eso me tenía que dar hambre para echarle más ganas y así fue. Estoy motivado, estoy entrenando, estoy corriendo, haciendo las cosas bien, sano, sin tomar medicamento para bajar de peso (...) espero que lo que estoy haciendo me traiga beneficios. Me siento contento, me siento muy bien y espero que se demuestre que estoy sano”, dijo.
El escenario que aprovechará para demostrar los avances en su proceso de rehabilitación será en mayo, durante la pelea de exhibición donde su padre peleará contra Erik Terrible Morales por última vez en una exhibición. Incluso, el boxeador veterano llegó a declarar su intención de montarse en el ring por última vez para compartir la cartelera con sus hijos sin que alguno de ellos haya probado alguna sustancia.
“Por eso voy a hacer esta exhibición porque en las exhibiciones que he hecho con mis hijos nunca han peleado limpios. Esta vez va a ser la primera donde Julio y Omar peleen limpios, sin ninguna sustancia en su cuerpo y va a ser un buen retiro para mí. Quiero quedarme con ese sentimiento”, declaró a Infante.