El Gobierno de México repatriará una escultura monumental de la cultura Olmeca, cuya importancia es equiparable con las famosas cabezas colosales. Se trata del Monumento 9 de Chalcatzingo, el cual actualmente se encuentra en Nueva York, Estados Unidos.
Gracias a los trabajos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en representación de la Secretaría de Cultura del Gobierno federal, así como de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la pieza arqueológica de aproximadamente una tonelada regresará a su tierra natal.
Se trata de un monumento que data del periodo del Preclásico Medio (800 al 400 a.C.), temporalidad que coincide con la época de esplendor de la región de Chalcatzingo, actualmente en el estado de Morelos, señaló Mario Córdova Tello, investigador del Centro INAH en la entidad.
“Este monumento es una pieza clave para las investigaciones sobre la iconografía olmeca, por lo que recibimos esta noticia con alegría y entusiasmo”, destacó el antropólogo.
En realidad no se sabe la fecha exacta ni la manera en que el monumento fue robado de México. No obstante, se conoce que en 1968 ya se encontraba en Estados Unidos, pues el arqueólogo David Grove lo dio a conocer en el número 33 de la revista American Antiquity; por ello, se especula que a inicios de la segunda mitad del siglo XX ya estaba en EEUU.
La relevancia de la escultura de 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho es que pertenece al único asentamiento olmeca que se fundó y prosperó en el Altiplano Central mesoamericano, pues las principales ciudades olmecas se desarrollaron en lo que actualmente es la parte sureste de Veracruz y el oeste de Tabasco.
De acuerdo con Córdova Tello, quien también es director del Proyecto Arqueológico Chalcatzingo, el bajorrelieve de la obra representa a un “monstruo de la tierra”, la cual es una criatura cosmogónica que comúnmente aparece en la iconografía olmeca.
Detalló que lo que parecen ser sus fauces abiertas representan la entrada al inframundo. “Sobre su boca se proyecta una secuencia de tres bandas concéntricas, figurando el acceso cruciforme a una caverna”, explicó, de acuerdo con un comunicado del INAH.
Asimismo, agregó que otros de sus elementos características son las cuatro comisuras de la boca, pues simulan ramales de bromelias, la cual es una planta del Cerro de Chalcatzingo que también se encuentra simbolizada en otros monumentos de la zona arqueológica, tales como el 1, 2 y 13; de esta manera, procedencia es indudable.
“Dada la recurrente presencia de bromelias en los espacios y monumentos de élite, inferimos que la planta fue un rasgo identitario para los habitantes originales de la ciudad, ya que además es un elemento único en la iconografía olmeca en general”, explicó.
El investigador señaló que el nombre de Chalcatzingo, que puede traducirse como el pequeño Chalco, fue otorgado por los migrantes de la Cuenca de México que llegaron a la zona en el periodo Posclásico; es decir, posterior al año 900 d.C. y antes de la caía de Tenochtitlan en 1521.
A su vez, el anuncio fue dado a conocer, en primera instancia, por el cónsul general de México en Nueva York, Jorge Islas, quien fue contactado por la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan para informarle la recuperación de dicha pieza arqueológica.
Por su parte, el cónsul se lo comunicó al titular de la SRE, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón. “Me confirma nuestro Cónsul Jorge Islas desde Nueva York que la pieza olmeca más buscada por México ha sido recuperada y está a punto de retornar a su casa, de donde nunca debió ser sustraída”, escribió el canciller. Por su parte, las autoridades mexicanas agradecieron el trabajo del Gobierno de Estados Unidos.