El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) ofreció una recompensa de 40 mil dólares por información relacionada con una hispana de 29 años originaria del norte de California que fue secuestrada en México el año pasado.
Mónica de León Barba fue privada de su libertad el 29 de noviembre de 2022, cuando caminaba a casa con su perro en Tepatitlán, en el estado de Jalisco, México, según información compartida por el FBI.
De León vivió en el condado de San Mateo durante años, antes de mudarse a México el verano pasado por razones laborales.
Robert Tripp, quien está a cargo de la oficina del FBI en la ciudad de San Francisco, California, dijo a la televisora ABC-7 que los secuestradores estuvieron negociando con la familia de Mónica.
De León es ciudadana estadounidense y solo ha estado en México desde junio de 2022.
Mide 5 pies 7 pulgadas (1.73 centímetros) y pesa 240 libras (108 kilos), tiene cabello castaño y ojos marrones, detalló el FBI.
Gustavo De León, hermano de la víctima, creó una página en Facebook para llamar la atención sobre este caso.
“Les pido que me ayuden a contactar a Ken Salazar (Embajador de los Estados Unidos en México) y exija la cooperación y el apoyo total de los líderes estatales mexicanos hasta que mi hermana regrese a salvo”, escribió.
De León no es la única hispana originaria de California que es secuestrada en México.
El FBI fijó una recompensa de 20 mil dólares para encontrar a María del Carmen López, de 63 años, que fue secuestrada de una vivienda en Pueblo Nuevo, en el estado de Colima, el pasado 9 de febrero.
López, que nació en México y fue naturalizada estadounidense, residía por temporadas en Los Ángeles y en el condado de Riverside, donde tiene familia, y en Colima, México.
El FBI también busca a las hermanas Maritza Trinidad Pérez Ríos, de 47 años, y Marina Pérez Ríos, de 48, y su amiga, Dora Alicia Cervantes Sáenz, de 53, quienes desaparecieron en México en febrero tras cruzar la frontera para vender ropa.
Según los datos recabados por el FBI, las hispanas, que residen de la localidad fronteriza de Peñitas (Texas), a las afueras de McAllen, viajaron en un vehículo a México el 24 de febrero para vender en un mercadillo en el estado de Nuevo León.
Los casos cobraron notoriedad después de que cuatro estadounidenses (Latavia McGee, Shaeed Woodard, Zindell Brown y Erick James Williams) fueran secuestrados a principios de marzo en Matamoros, en la frontera con Brownsville.
Después de que los cuatro cruzaran la frontera y llegaran a Matamoros, con la intención de que una de ellas, Latavia McGee, se sometiera a una intervención quirúrgica de carácter cosmético, sicarios del Cártel del Golfo los interceptaron.
Los estadounidenses pensaron que se trataba de un asalto, por lo que comenzó una persecución a la que se sumaron otros vehículos. Entonces, de acuerdo con las primeras versiones del hecho, sucedió un tiroteo, un choque y un polémico video en el que hombres con chalecos tácticos y armas largas arrastraban por la calle varios cuerpos para subirlos a una camioneta GMC de color blanco.
Días después dos fueron hallados muertos y los otros dos con vida tras la enorme presión que ejerció Washington para que el gobierno mexicano resolviera el caso, que por poco y se convierte en un conflicto diplomático de grandes propociones entre México y Estados Unidos.