El chile forma parte trascendental dentro de la gastronomía mexicana, cuántas veces hemos pensado que una comida no sería igual si no tuviera este tradicional ingrediente mexicano y que incluso forma parte de la identidad de nuestro país. Admitámoslo, cuántas veces escuchamos quejas o incluso nosotros mismos nos quejamos porque una receta que debería picar no lo hace o tiene chile del “que pica poco”.
Sin embargo, la sensación de picor se asocia con el dolor y en muchas ocasiones queremos quitarnos el “enchilamiento” y rápidamente corremos por agua, grave error, porque de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este líquido no forma parte de la lista de los alimentos que debemos consumir cuando nos enchilamos.
Para sorpresa de todos los primeros de esta lista, de acuerdo con Tamara Rosenbaum, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la máxima casa de estudios, son los lácteos, especialmente la leche y la mantequilla, ambos tienen una función parecida, pero para entender porque estos alimentos alivian esa sensación de picor debemos conocer el motivo por el cual el chile ocasiona que, algunas veces, sintamos llamas en la boca.
El chile contiene una sustancia llamada capsaicina, la cual activa receptores de estímulos que tenemos en las papilas gustativas y que envían una señal “engañosa” al cerebro, órgano que relaciona esta sensación como si tuviera un calor extremo y produce el ardor, por lo que nuestro cuerpo busca enfriarse a toda costa a través de la sudoración y salivación excesiva, además esta sustancia es irritante para los mamíferos, está científicamente comprobado que las aves no pueden enchilarse.
Ahora que tenemos conocimiento de este proceso y los nombres de las sustancias, la leche y la mantequilla contienen ácidos grasos y moléculas como la caseína que en conjunto ayudan a disolver la capsaicina, sí, la misma que nos causa la sensación de picor. Estas partículas funcionan a tal grado que vuelven ineficaz la molécula del chile.
De acuerdo con la investigadores de la UNAM, otros de los alimentos que funcionan para eliminar esa molesta sensación son el helado y el yogurt. Por otra parte las comidas y líquidos que se deben evitar a toda costa son el agua, la sopa caliente y el tequila con limón, informó la académica Tamara Rosenbaum
El agua, contrario a lo que se cree, no tiene la capacidad de disolver la capsaicina (recordemos que es el nombre de la molécula detrás del picante del chile) por lo que en lugar de eliminarla, la dispersa por toda la boca. En el caso de la sopa caliente cabe destacar que en ese momento nuestro cerebro cree que lo que presenta es un intenso calor por lo que ingerir un plato de esta comida ocasionará que se incrementen esta sensación de ardor.
Aunque nuestro cerebro relaciona el chile con el dolor, surge la pregunta acerca de por qué lo seguimos consumiendo. De acuerdo con el artículo ¿por qué comemos chile si nos causa dolor?, compartido por la Dirección General de Comunicación Social de la Universidad Nacional Autónoma de México, este alimento, tras consumirlo, libera endorfinas en nuestro sistema nervioso, exactamente las mismas que se producen cuando hacemos ejercicio, las cuales están relacionadas con la sensación de felicidad, lo que, de acuerdo con los investigadores de la casa de estudios, ocasiona una adicción en el consumidor.
Como dato curioso la académica Tamara Rosenbaum explicó que, a pesar de formar parte trascendental en la cultura mexicana como el tequila y el pulque, sin embargo el chile no surgió dentro de lo que hoy es nuestro territorio, sino que proviene de América del sur, en un punto entre Bolivia y Brasil, lugar donde inició su domesticación.