La noche del 27 de marzo cerró con una de las mayores tragedias migrantes reportadas en un inmueble del Instituto Nacional de Migración (INM): 39 personas fallecieron y otras 29 más resultaron heridas tras un trágico incendio registrado en Ciudad Juárez, Chihuahua.
La incertidumbre por las causantes comenzó a romperse horas después cuando medios con presencia en el estado adelantaron que el siniestro habría sido un hecho provocado; esto, con base en informes anónimos de autoridades y testimonios de sobrevivientes.
Fue con esa línea que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmó lo inicialmente insinuado por portales informativos, detallando que aquel “hecho provocado” se trató de una protesta por parte de los migrantes centroamericanos, y la cual se habría salido de control.
No obstante, ni el Jefe del Ejecutivo o alguna otra autoridad del estado han abundado en la supuesta negligencia por parte del personal migratorio que señalaron de igual modo por algunos de dichos medios, tales como El Diario o El Sol de Parral.
“Uno de los sobrevivientes nos refirió que el área donde ellos estaban se encontraba cerrada y que cuando le pidieron al guardia que abriera la puerta este se negó a hacerlo”, reportó El Sol de Parral tras entrevistar a un testimonio.
Bajo esa línea también corrió lo informado por el portal El Diario que conversó con un elemento de la Fiscalía General de la República (FGR), el cual refirió que el personal del centro migrante del INM no actuó con rapidez al momento de detectarse el fuego; provocando que los migrantes no pudieran evacuar del inmueble y salvar su vida.
En ese tenor, ambos informes coincidieron que las casi 40 víctimas mortales — o una gran mayoría de éstas — fallecieron por asfixia e intoxicados a causa del denso humo que abarrotó la zona de confinamiento en la que se hallaban.
Por su parte, las personas que resultaron heridas fueron trasladadas a cuatro diferentes nosocomios “en estado delicado-grave”. Hasta el momento no se ha confirmado el deceso de algún hospitalizado, sin embargo, el Instituto Migrante se comprometió a actualizar el estado de salud de cada uno de ellos.
Momentos antes del incendio...
El Diario refirió que los centroamericanos, en su mayoría oriundos de Venezuela, fueron trasladados al centro migrante que conecta a Ciudad Juárez y El Paso, en Texas, tras presuntamente participar en una redada en cruceros de Ciudad Juárez por “actos de molestia”.
De ese modo, fueron ingresados a una zona de confinamiento del centro migrante en donde, de acuerdo con López Obrador, esperaban para ser deportados a su nación de origen. Esto último habría provocado el descontento de los extranjeros, quienes se atrincheraron y prendieron fuego al lugar, abundó el portal chihuahuense.
En ese sentido, el Presidente de México detalló que los centroamericanos habrían juntado algunas colchonetas en la entrada del edificio para después prenderles fuego: “No imaginaron que causaría esta terrible desgracia”, lamentó el Jefe del Ejecutivo.
Hasta el momento la Gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, no se ha pronunciado al respecto, ni el alcalde del municipio. No así con algunos miembros de la oposición y críticos de la administración quienes culparon a “la deficiente política migrante” del Gobierno de México.
“Urge una investigación. ¿Los protocolos migratorios comprenden medidas de protección civil en estaciones?”, cuestionó la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN), Xóchitl Gálvez.
En tanto, la periodista Denise Dresser se unió a las críticas en contra del Estado: “Fue el Estado por la brutalidad de su política migratoria; por el maltrato y abandono de los migrantes; por convertirse en policía y muro de EEUU”.
“Fue el país por el racismo y el clasismo y la xenofobia que tolera/permite esta deshumanización”.