La noche del 27 de marzo cerró con una nueva tragedia migrante reportada en las instalaciones de un centro del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde un incendio cobró la vida de casi 40 personas e hirió a más de dos docenas más.
Corrieron casi doce horas de incertidumbre por el siniestro que comenzó a consumir la Estancia Provisional alrededor de las 21:30 horas, pero cuyos detalles se confirmaron hasta la mañana del martes 28 en la conferencia matutina presidencial.
Cabe recordar que el Instituto lamentó los hechos y rechazó enérgicamente “los actos que derivaron en la tragedia”, pero sin especificar a qué se refería con ello. No así el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien informó que primeras hipótesis apuntan a una protesta como el causante del incendio.
“No imaginaron que causaría esta terrible tragedia”, mencionó tras insinuar que la manifestación se habría salido del control de quienes la perpetraron.
Información preliminar de medios locales pudieron confirmar extraoficialmente que los 68 migrantes involucrados ingresaron al centro tras ser retirados del crucero de Ciudad Juárez señalados por “actos de molestia”.
Los extranjeros fueron recluidos en el área de alojamiento de la Estancia Provisional en donde iniciaron una protesta luego que autoridades les notificaron de su eventual deportación a su país de origen, según lo informado por López Obrador en su mañanera.
De ese modo, relató el Jefe del Ejecutivo, los manifestantes se congregaron en la entrada del inmueble para colocar unas colchonetas a las que posteriormente les prendieron fuego; dejando inicialmente a 37 muertos y varias decenas de heridos.
No obstante, la cifra de víctimas mortales aumentó a 39 luego que dos de ellas fallecieron en los hospitales a los que ingresaron, posiblemente, en estado delicado-grave — mismo con el que los demás afectados fueron internados a lo largo de la noche.
Si bien trascendió que la mayoría de migrantes eran de nacionalidad venezolana, la Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que sólo 12 de los fallecidos provenían de dicha nación. En tanto, 13 de ellos eran de Honduras; 12 de El Salvador; 28 de Guatemala; uno de Ecuador y uno más de Colombia.
Es pertinente mencionar que entre lo informado por las autoridades federales no se abundó en los señalamientos con los que portales informativos locales y sobrevivientes de la tragedia acusaron al personal del INM por negligencia.
Aún cuando un elemento de la FGR consultado por El Diario indicó que el fuego fue parte de un atrincheramiento por parte de los migrantes, el testimonio aseguró que oficiales del Instituto no actuaron con rapidez al momento del incendio para agilizar la evacuación de los extranjeros: “Las personas recluidas no pudieron salir y algunas murieron”, explicó el portal.
Incluso otros centroamericanos declararon que se les impidió salir del lugar, cuya poca o nula ventilación propició que los extranjeros se asfixiaran por el humo tóxico que abarrotó las instalaciones. Así lo narró la venezolana Viangly, esposa de uno de los afectados:
“Cuando se hicieron las 10 de la noche empezó a salir humo por todos lados. Empezaron a salir todos corriendo y a los únicos que dejaron ahí dentro encerrados fueron a los hombres. Nunca les abrieron las puertas”.
Poco antes del medio día de este 28 de marzo la FGR y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CDNH) en México informaron que iniciaron sus respectivas carpetas de investigación con motivo de los lamentables hechos del pasado lunes.
Por su parte, el Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, confirmó que el Gobierno de México ya se coordina con las embajadas y cónsules para el apoyo el apoyo a víctimas y sus familias.
Sin embargo, la respuestas de las autoridades no frenaron el sinfín de reclamos por parte de organizaciones civiles, periodistas y miembros de la oposición, quienes a grosso modo reprocharon la ineficacia del Estado en materia de migración.